Aunque el planeta parece definitivamente estar olvidando lo más grave de la pandemia mundial originada por el COVID-19 y pese a que existen ciertos sectores económicos sobre los que aún penden muchas dudas también los hay que albergan grandes esperanzas para su futuro. Es el caso del turismo.
De la Total desaparición a la Esperanza
Aunque fue de las industrias que con más dureza notó el rigor del confinamiento, pasando rápidamente desde una plena actividad y óptimas perspectivas de crecimiento a prácticamente la paralización total, su recuperación en el último año podría llegar a catalogarse de asombrosa.
Recordemos que, en marzo de 2020, miles de pequeñas y grandes empresas relacionadas con el sector sufrieron de una paralización que obligó al cese de actividad temporal de muchas de ellas.
Esta situación llevó a muchas de ellas a innumerables pérdidas que en muchas ocasiones no pudieron soportar. Esta situación se tradujo en una práctica total desaparición que significó la pérdida de millones de puestos de trabajo a nivel mundial.
Sin embargo, gracias al éxito de la medicina a nivel mundial con la creación de las diferentes vacunas en un tiempo récord nunca antes visto, la actividad en el sector se ha recuperado de forma excepcional.
Empresas dedicadas a la venta de entradas y reservas de actividades y tours como Hellotickets o Civitatis reportan un gran incremento de búsquedas e interés en sus portales.
Como ejemplo de la caída que supuso, en países como España, uno de los faros del turismo a nivel mundial, el sector pasó de tener un peso significativo en el PIB (12,4% del total en datos de 2019) a dividirse por tres en apenas un año (5,5% en 2020).
Un nuevo Tipo de Turismo
Sin embargo, la llegada de esta “nueva normalidad” ha traído no sólo un repunte histórico en cuando a la actividad del sector, sino un cambio de hábitos en los turistas. Todas las grandes empresas dedicadas a la organización de viajes y tours indican que la pandemia ha provocado un cambio radical en muchos de los axiomas que se daban por ciertos en la era anterior al COVID.
El usuario medio ha tenido un cambio de mentalidad y, aunque se siguen contratando los viajes largos a países remotos, cada vez es más frecuente el “compartimentar” las vacaciones, interesándose más por destinos cercanos y sobre todo, menos concurridos.
El turismo nacional y al aire libre, en el que se puedan realizar actividades y tours de forma más sosegada y tranquila rodeados de naturaleza ha pasado de ser una pequeña parte del bizcocho a convertirse en uno de los más solicitados por los clientes.
Podríamos decir que no se busca ya el viaje largo y costoso, sino más bien el corto pero alejado de la multitud.
Aunque por supuesto los grandes viajes de ensueño en cruceros o grandes travesías por países seguirán existiendo. Poco a poco los protagonizados por pequeños grupos de amigos o familiares se están haciendo un hueco en la industria. Una nueva forma de disfrutar de las vacaciones surgida tras la pandemia. Un turismo de proximidad más respetuoso con el medio ambiente.
Se trata sin duda de la nueva esperanza para la recuperación total de un sector que se pensó herido de muerte pero que en la actualidad está viviendo un esplendor y renacimiento pocas veces visto hasta la fecha.
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