«Muchas empresas a nivel mundial ya están optando por robotizar sus procesos, desarrollando y adquiriendo drones y robots que les permitan realizar sus entregas y mantener sus operaciones de manufactura y de atención al cliente.»
Sin lugar a duda, el 2020 se convirtió en el laboratorio perfecto para demostrar al mundo que era hora de un cambio, de “pasar el suich” de nuestras mentes, para entender que estamos en la era de los negocios digitales, mejor dicho, de la vida digital.
Conversando con distintos aliados y clientes veo que la gran mayoría tiene la misma impresión del año que está por finalizar: “Yo pensaba abrir un nuevo local”, “Yo ni siquiera utilizaba pedidos en línea”, “para mí, las redes sociales eran solo para perder el tiempo” son algunos de los comentarios recurrentes que suelo escuchar en mis reuniones y llamadas, y casi todas terminan con el mismo comentario de cierre: “… pero este año me obligó a cambiar”. Y es que, uno de los principales males (en mi opinión) de la economía latinoamericana en general, es el pensar que la tecnología “es una moda” o que “yo vendo muy bien desde mi negocio, ¿Para qué necesito un sitio web?”. Pero el Covid 19 nos enseñó que nuestros planes nada sirven si no nos preparamos para todo lo que venga.
Lamentablemente, vi personalmente como negocios estables y de varios años cerraban sus santamarías, por no haber podido adaptarse a la “nueva normalidad” de la vida digital. Negocios que tradicionalmente atendían presencialmente, negocios que utilizan mayormente el computador para utilizar el sistema de facturación. Estos negocios, cuyos propietarios venían de desarrollarse durante la bonanza de los 80s y 90s, donde sólo hacía falta abrir la puerta para que todo tipo de clientes se acercara a comprar hasta la más sencilla de las ofertas; ahora, ante la necesidad de innovar y ofrecerse de manera virtual, sin el “cara a cara” de la venta tradicional, se vieron cruzados de brazos, “esperando a que la pandemia termine”, escenario que no llegó este año.
Pero no todo son malas noticias, también he visto con alegría como muchos emprendimientos e ideas han venido floreciendo de entre las cenizas de una economía mundial colapsada, aprovechando cada agujero que se permita cubrir, para atender las necesidades de una población que cada vez más “necesita” acceder de manera virtual a todo cuanto antes adquirían de manera presencial.
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He visto cómo han proliferado agencias de marketing digital, campañas de Instagram, canales de Youtube y diseñadores gráficos por todo el continente, apoyando en la imperiosa labor de fomentar y facilitar la digitalización de los negocios. A nivel fiscal, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos han aprovechado la ocasión para “forzar” la migración de las plataformas de facturación hacia plataformas de facturación electrónica, que permitan evitar el contacto, así como también empezar a gravar las operaciones digitales de los negocios y emprendimientos.
También he logrado ver como pequeños empresarios y emprendedores han logrado explotar todo el potencial de las redes sociales, logrando iniciar exitosamente campañas publicitarias y promocionales de sus productos tradicionales, logrando obtener aumentos en sus ventas, lo cual les ha permitido expandirse y sobrevivir en este periodo de tiempo tan crucial para la llamada “economía naranja”.
Los sectores de la educación y de la salud, presenciales por excelencia, también se vieron obligados a cambiar con la pandemia. He visto con alegría como los colegios han logrado pasar de un modelo de educación 100% presencial a una modalidad virtual completa, o en su defecto de alternancia, que no solo les ha permitido abaratar costos, sino que ha logrado mejorar la calidad de vida de los niños. En el caso de mi familia, nuestro niño ha pasado de levantarse entre 4:30 a 5 de la mañana, a levantarse a las 6:30 a 7, lo cual, entre el ir y venir al colegio (que ya no hace) le devuelve casi cuatro horas de calidad de vida, de descanso, lo que ha resultado en un aumento no solo de sus calificaciones (ya que es muy “piloso”, como dicen aquí en Colombia), sino de todos sus compañeros, quienes demuestran una mejora grupal en su rendimiento escolar.
En cuanto a la salud, luego de un periodo de preocupación y de “¿Qué haremos ahora?”, el sector salud cada vez se empieza a inclinar más por la telemedicina, el agendamiento de citas vía web, las aplicaciones móviles y la implementación de equipos de IoT para reducir el contacto con los pacientes, sin perder la atención personalizada. Realmente, un excelente cambio de paradigmas.
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Gobiernos como los de Colombia, Chile, México, Brasil, entre muchos otros a nivel mundial, están fomentando políticas y “facilidades” para que los nuevos emprendimientos digitales logren despegar y atender las necesidades crecientes de la población, ofreciendo un mejor acceso a préstamos y a la tecnología que todos los sectores necesitan para adaptarse a “la nueva normalidad”.
Lo que nos depara el 2021
Aun a pesar de ya empezar a nacer esperanzas con las noticias de los laboratorios a nivel mundial sobre el desarrollo de vacunas y tratamientos para luchar contra el COVID-19, la propagación de estas medidas hasta alcanzar a la población entera del globo nos hace entender que no veremos una pronta salida a la pandemia, por lo menos no en los próximos 12 a 18 meses, con lo que estos cambios tecnológicos y culturales seguirán creciendo.
- El año de los robots
Muchas empresas a nivel mundial ya están optando por robotizar sus procesos, desarrollando y adquiriendo drones y robots que les permitan realizar sus entregas y mantener sus operaciones de manufactura y de atención al cliente. Empresas como 7 eleven, Domino’s Pizza, Amazon, inclusive empresas como Carulla aquí en Colombia, están apostando a aumentar su flota de robots, para garantizar la atención a sus clientes.
- FinTechs por todos lados
El apogeo de las operaciones electrónicas a nivel mundial también trajo como consecuencia el surgimiento y crecimiento de empresas financieras basadas en la tecnología (FinTech, como se les conoce), las cuales han empezado a ofrecer capacidades de ahorro, consumo y financiación no solo en el mundo digital, sino ahora también comenzando a atacar el mercado de los negocios físicos. Empresas como MÓVIL y Nequi en Colombia, Janus en México, seguirán creciendo y surgiendo en el próximo año, garantizando a cada vez más usuarios el tener un acceso eficiente y fácil de usar al nuevo modelo de negocios que la pandemia ha creado.
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- IoT: El reino de los dispositivos conectados
También se viene un crecimiento en el desarrollo y penetración de las tecnologías en los sectores tradicionales de la economía. Durante el 2021 veremos un apogeo en el desarrollo de dispositivos de monitoreo, seguimiento y control remoto en sectores que antes eran infranqueables para la tecnología: construcción, transporte, agro, petróleo, esos veo que serán los próximos blancos del desarrollo de dispositivos y sensores personalizados. Una evolución necesaria para poder sobrevivir en tiempos de pandemia y más allá.
- Internet: La gran vitrina
Como es de suponer, la penetración de la tecnología en esta cuarta revolución industrial, la cual aceleró gracias a la situación mundial, va a verse reflejada también en una explosión de sitios web como no se había logrado ver desde el nacimiento de la World Wide Web en los años 90s. durante el próximo año veremos cada vez más, como esos negocios que se niegan a morir (y aquellos que están aprovechando el empuje) pasarán a tener sitios web corporativos y, por sobre todo, tiendas electrónicas, para poder llegar al cliente final de una manera más eficiente y segura.
- Todo es muy hermoso, pero… ¿Y la cultura?
No podemos negar que el sector tecnológico mundial ha logrado “dar la talla” ante los retos que esté 2020 representó, y que indudablemente ya está cada vez más preparado para atender todo lo que se viene para este 2021, pero es necesario un cambio de mentalidad para poder lograr que los negocios tradicionales que han logrado sobrevivir logren una migración exitosa a las tecnologías.
Es necesario de nuestro lado, como empresarios, entusiastas y desarrolladores, el ofrecer esa “tranquilidad” para los comerciantes tradicionales, ayudar a abolir esa “tecnofobia” que ha existido durante años, y, sobre todo, poder ayudarnos entre todos a cambiar nuestros estilos de vida para poder lograr un avance real hacia la tecnocracia real, el acceso fácil y eficiente de todos para mejorar nuestros negocios. Personalmente, veo que el 2021 nos dará mejores retos, y esta vez estaremos preparados para recibirlos. Por eso, esta vez sí puedo decir con confianza “2021, sorpréndeme!”.
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