Hemos pasado de la “vieja normalidad en compras” pre-pandemia, donde la disminución de los costes de muchos insumos, conseguidos mediante estrategias de globalización de las cadenas de suministro, aprovisionamientos just in time, así como mantener una sana competitividad entre los proveedores nos permitían a las áreas de compras y adquisiciones operar con cierto éxito, colaborando como pieza clave en un aumento de la productividad y de la rentabilidad de las organizaciones.
Hoy por hoy, todo ha cambiado, con una inflación descarada y la escasez frecuente de suministros críticos, se están destapando las verdaderas vergüenzas de los modelos operativos de compras. Sobre todo, de aquellos únicamente transaccionales “pasa-pedidos”
Nos hemos quedado sin planificación fiable a largo plazo donde incluso proveedores apalancados (Matriz de Kraljic) pasan a ser estratégicos, ya que, a pesar de haber en cantidad (de proveedores), también tienen problemas para conseguir sus propias materias primas e insumos para poder servirnos en tiempo y forma.
A esto hay que añadirle en muchos casos, como por ejemplo en el sector de envases y embalajes por poner un ejemplo, una concentración de la oferta debido a las fusiones y adquisiciones entre empresas.
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Eso sí, luego cuando te llaman para subir una y otra vez el precio, te quedas sin argumentos de negociación porque ni siquiera, has tenido tiempo de trabajar el mercado de tu proveedor para entender y colaborar conjuntamente en búsqueda de una solución para ambos, solo sabíamos apretar por apretar, en nuestra posición de cliente de poder. ¿Cómo ha cambiado el cuento, verdad?
A todo esto, hay que añadir el viejo problema de falta de colaboración con otras áreas funcionales que nos producen enormes cuellos de botella y falta de comprensión de lo que verdaderamente necesitamos comprar para la correcta operatividad de la empresa.
Por supuesto la falta de tiempo para pensar en grande, centrándonos en tareas urgentes del día a día en vez de repensar nuestros procesos y buscar soluciones más a medio y largo plazo.
¿Y por último cuando vas a exigir la digitalización de tu departamento de compras? No, tener un ERP no es la adopción de tecnologías comprobadas que podrían reducir tus cargas transaccionales, hay muchas más tecnologías por descubrir.
¡Feliz día en la nueva normalidad empresarial pre-pandémica!
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