El 2022 pasará a ser un año en donde todas las predicciones en comercio exterior no se cumplirán. Disrupción y caos en las cadenas de suministro seguirán siendo las variables relevantes: tiempos impredecibles en producción en las fábricas en China, costos altos de los productos, inflación y volatilidad de Fletes seguiremos viendo en los mercados.
Venimos de un 2021 donde el comercio exterior tuvo un crecimiento récord del 25% con una cifra de U$ 28.5 trillones. La pandemia y los esfuerzos de los gobiernos para estabilizar su efecto han ocasionado cambios drásticos en nuestros hábitos de consumo y cómo vivimos la vida.
Actualmente casi el 50% de la “China Productiva”: tanto fábricas, puertos y logística general, están en cierre parcial debido a la política del Gobierno Chino de “Cero Covid”. Esto ha llevado al represamiento de más de 300 buques porta-contenedores esperando afuera del puerto de Shanghái para recoger carga y transportarla a otras partes del mundo, lo cual ocasionará más retrasos e inventarios represados que aumentarán la presión sobre las cadenas de suministro. Así mismo, Tesla anunció en abril que debido al cierre de su fábrica en Shanghái en el primer trimestre del 2022 dejará de fabricar 45,000 vehículos con un posible efecto en ventas de hasta U$2 billones, al mismo tiempo que anuncia resultados récord en el Q1 del 2022.
Por otro lado en el 2022 nos enfrentamos con un efecto inflacionario, en donde Estados Unidos alcanza niveles que no se veían hace 40 años y la inflación en países como Colombia alcanza niveles de 6 años atrás. El incremento de los precios de la logística internacional es uno de los choques económicos que seguirá influyendo en el efecto inflacionario a nivel mundial. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el incremento del precio de los fletes en 2021 ha generado en promedio un incremento de 1.5 puntos porcentuales en los precios al consumidor a nivel global, con impactos diferenciados de acuerdo con el nivel de desarrollo de los países. Se esperaría que con las tasas de interés subiendo y los efectos de la inflación la demanda se contraiga, sin embargo parece que la demanda sigue creciendo.
Algunos sectores sufrirán más que otros. Empresas exportadoras con productos agrícolas están teniendo problemas en conseguir contenedores ya que las navieras están devolviendo sus contenedores vacíos a Asia rápidamente para suplir la demanda, dejando algunos productos perecederos sin poder llegar a su destino.
Los importadores tendrán que tener acceso a capital oportuno para mantener inventarios altos y así poder reaccionar al mercado y no depender de los tiempos y la poca confiabilidad de las cadenas de suministro.
Además, los costos y fletes logísticos seguirán en niveles altos durante todo el 2022 y posiblemente no bajarán en los próximos años, y por ahora no sabemos si llegarán a los niveles históricos del 2021. Y finalmente no saldrán barcos porta contenedores nuevos de producción al mercado, los precios de los chárters están en las nubes y el combustible está incrementando debido al conflicto Rusia-Ucrania.
¿Cómo hacemos entonces para navegar la incertidumbre, los costos altos y la disrupción en el Comercio Exterior?
La empresa que tenga capacidad de reaccionar lo más rápido posible será la que salga ganadora, y en muchos casos será la que tenga acceso a capital de trabajo de una manera rápida y segura, lo cual puede obtener a través de una alternativa como una plataforma digital o una Fintech.
Si tener acceso a Capital era un necesidad en comercio exterior hoy en día es cuestión de “supervivencia”
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