«Los datos son la forma más eficiente de conocer el comportamiento de los consumidores, sus necesidades o sus intenciones de consumo en un futuro próximo, y es en la data maestra donde se genera toda esta información que es usada por las empresas.»
Estamos viviendo en la era del Dato, donde ya no basta sólo con su colección y almacenamiento, si no también en su veracidad, estructura y completitud. Estos son factores críticos para la gestión de negocios, BI, AI, Ecommerce, Marketplaces y en el uso de las distintas herramientas que contratamos para lograr los objetivos de la empresa (ERP, CRM, MDM, WMS, entre otros). Según un estudio presentado por Forrester, las empresas que invierten en mejorar la calidad de su data crecen hasta un 30% adicional al año.
Los datos se han convertido en una herramienta de enorme potencial para la optimización de resultados. De hecho, es tal su importancia que, cuando los usuarios, proveedores, sellers, compradores o cualquier recurso que esté involucrado en la tarea de generar data, adúltera, omite o, directamente miente, ésta repercute directa y negativamente en la rentabilidad de las empresas. A esto se le llama “Dirty data” (conjunto de datos incorrectos, incompletos, desactualizados, falsos o duplicados), y es el principal enemigo de las estrategias digitales. Según Gartner, el 40% de los objetivos digitales, fallan producto del Dirty Data. A esto se suma que las empresas pierden un 12% de sus ventas netas por su baja calidad de datos de producto y tienen pérdidas por devoluciones de entre un 16% a 40%. Por ejemplo, en Latam se venden $64 BN USD en ecommerce al año, lo que comprende pérdidas de 7.7 BN USD y devoluciones por un mínimo de 1.3 BN USD.
Los datos son la forma más eficiente de conocer el comportamiento de los consumidores, sus necesidades o sus intenciones de consumo en un futuro próximo, y es en la data maestra donde se genera toda esta información que es usada por las empresas. Si imaginamos una pirámide, lo primero son los Datos Maestros (Base), luego los datos referenciales (segundo nivel), lo siguiente son los datos transaccionales (tercer nivel) y, por último, en la punta de esta pirámide, business intelligence y AI. Esto nos enseña que todo esfuerzo para lograr nuestros objetivos primero debe comenzar por ordenar la casa y debemos comenzar por la data maestra.
Existen múltiples sistemas en el mercado para la gestión de nuestra empresa. Llamaremos a estas grandes ERP, MDM, CRM e Ecommerce, como los «Ferraris». Lo que olvidamos al momento de adquirir estos vehículos de alta tecnología, con atractivos diseños y que nos permiten llegar de manera más rápida del punto «A» al punto «B», es que corren con gasolina y este combustible, son los datos con lo que alimentamos todas las inversiones de forma omnicanal. «Los datos son el nuevo Petróleo» y como sabemos, este debe ser refinado antes de ser utilizado para lograr el mayor rendimiento y el menor desgaste del vehículo para llegar a nuestro objetivo.
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Maestro de producto y el consumidor
Dos de cada tres compradores online abandonan el proceso debido a la falta de información. Hoy las empresas no solo compiten por su accesibilidad, sino también por su catálogo y la experiencia de usuario que la enmarca. La decisión de compra se fortalece a través de dos puntos: Primero, por el conocido Viaje del Cliente (Customer Decision Journey), que es el camino que recorre un consumidor a lo largo de los diferentes puntos de contacto e interrelación con la organización, y en segundo lugar, a través de la confianza.
La gran pregunta que una compañía se debe hacer es, ¿Cómo generar confianza en los usuarios? un consumidor tiene su primera interacción con la marca al momento de conocer el producto. Aquí es indispensable contar con la información completa y estructurada, de tal forma que el cliente pueda encontrar lo que busca. Además, hay que ser capaces de cumplir con la promesa de valor: tiempo de respuesta, formato de entrega, facilidad en medios de pago, entre otros.
Todas estas tareas son llevadas a cabo por distintos sistemas o personas que comprende una empresa y se suelen hacer múltiples inversiones para simplificar y optimizar cada uno de estos «Ferraris». En lo único que todas estas herramientas y clientes se respaldan para el correcto funcionamiento o experiencia es la información con la que los alimentamos.
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