«Si bien Asia es y seguirá siendo la principal fábrica del mundo, América latina muestra ventajas competitivas potenciales para mitigar las necesidades de países como Estados Unidos y Canadá.»
El fin de la crisis de salud pública global generada por el COVID-19 trae consigo un respiro en la denominada “crisis de los contenedores”; en la cual en los dos últimos años evidenciamos el colapso logístico mundial en el momento en que los países asiáticos reabrieron sus fábricas y la baja disponibilidad de contenedores vacíos hicieron que la demanda se desbordara y los precios del transporte marítimo internacional tocaran máximos históricos.
Para poner un contexto, antes de la pandemia, según el World Container Index, traer un contenedor desde un puerto en China hasta un puerto en la costa pacífica de los países del continente americano rondaban alrededor de dos mil dólares sólo por el concepto de flete internacional marítimo. Para finales del año 2020 y comienzos del año 2021, este mismo concepto alcanzó a llegar a niveles de máximos históricos con cifras sobre los veinte mil dólares por contenedor. Un incremento sin precedentes y que por supuesto agravó la ya compleja situación mundial de abastecimiento.
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Sin embargo, desde el último trimestre de 2021 hasta la fecha de este artículo, los costos del mismo concepto de transporte marítimo entre China y Latinoamérica han venido decreciendo semana a semana, a tal punto que para septiembre se manejan de nuevo precios de cuatro mil y cinco mil dólares por contenedor lo que podría mitigar un poco los ya conocidos efectos de la inflación mundial de 2022 a causa entre otras razones de la guerra entre Rusia y Ucrania y particularmente en el país con los máximos históricos del dólar.
Así pues, en el escenario de posible recesión económica y de inflación generalizada mercados emergentes se vislumbran como una alternativa de países con alta demanda y con pocas opciones de abastecimiento viables. Si bien Asia es y seguirá siendo la principal fábrica del mundo, América latina muestra ventajas competitivas potenciales para mitigar las necesidades de países como Estados Unidos y Canadá. Los tratados de libre comercio, las cortas distancias entre países y la ampliación del portafolio de productos y servicios son las puntas de lanza con las cuales los países de la región pueden consolidarse en mercados antes inexplorados. Por supuesto dependerá de múltiples variables en cada uno de los países del continente y el escenario puede cambiar sin aviso previo sin embargo las condiciones están dadas para que esta transición se acelere y traiga consigo importantes beneficios para la región.
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