«Es válido tomar modelos de negocio como el japonés que, en una crisis, los socios de empresas como Suzuki, Canon, Toshiba, Panasonic entre otras que llevan aproximadamente 100 años funcionando, han sido conscientes de la sostenibilidad a largo plazo de la compañía, reinvierten los ingresos, mientras pasa la contingencia.»
Vámonos con una charla cercana sobre los últimos acontecimientos que han surgido a nivel global, frente a la creación de modelos de negocio y las variaciones importantes que las empresas han tenido que realizar para ser sostenibles, en una crisis como la que vivimos actualmente.
Hace algunos meses, leí un artículo donde expertos en prospectiva económica planteaban el alcance de una crisis como ésta a nivel global, donde exponían cómo el sistema de consumo se vería afectado por las restricciones de una pandemia. Sin embargo, en ese momento no se le dio valor a sus apreciaciones y hoy son una realidad.
Haciendo un análisis de personas cercanas, nuestra generación no había vivido algo semejante por un tema asociado a la salud; este tipo de situaciones ha implicado reconsiderar la forma de operar desde la producción hasta cómo gestionar la oferta de productos y servicios en un mercado tan diverso. Lo anterior tiene una connotación muy fuerte, desde varios ámbitos, no solo para quienes estaban “cocinando” iniciativas sino también para quienes, tras años de tener un sostenimiento estable, han decaído de manera considerable.
Caso relevante sucedido con establecimientos como restaurantes y bares, los cuales han impactado la economía global con toda su fuerza. Esto conlleva a repensar el cómo llegar al público objetivo, cómo abastecerse, cómo mantener su capital humano seguro y ser rentables pese a todas estas variables. Es así, que uno de los caminos más atractivos han sido los recursos digitales como canal de venta y visibilidad; pero muchos de los productores y distribuidores no estaban, ni están, migrados a esta tendencia, cuestión que ha impactado el ingreso y, por tanto, reducción de sus operaciones y como acción radical el cierre del negocio.
La oferta y la demanda requiere identificar quién necesita lo que tengo o qué produzco que satisfaga una necesidad; por esta razón quienes no han realizado un análisis de mercado previo a “cocinar” la idea, este es el momento determinante para hacer los cambios necesarios y salir con algo que genere un resultado favorable.
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En cuanto estar a la vanguardia, encontramos en el mercado muchos empresarios que han volcado sus acciones a los vacíos que ahora pueden ser detectados, un ejemplo es un panadero argentino Antonio Bertasio que tras la crisis de su país en el 2001 empezó a gestionar otras maneras de llegar a su público y ahora, viendo que la cuarentena ya era un hecho, organizó a su equipo de trabajo de 25 personas y los direccionó a ser vendedores para activar un App y mover su negocio desde su capital humano; de esta manera la aplicación funciona como un catálogo de panes congelados listos para hornear, otro ejemplo es el Dj Colombiano Sebastián González que organiza fiestas por Zoom (Zoom Video Communications INC) con un costo de ingreso a la sala de US$5 o COP10.000 con bailarinas e invitados VIP, también se han adaptado almacenes de ropa o diseñadores ofreciendo tapabocas y ropa de protección con diseño, hasta toda la reestructuración de empresas de modelo logístico tales como Mensajeros Urbanos, Servientrega, Domicilios.Com, las cuales han tenido una nueva oportunidad de ampliar su mercado, pero impactando en la inversión de infraestructura en la operatividad de la empresa.
Una compañía reconocida como Amazon, ha sido una de las grandes beneficiadas, pero si bien sus ingresos en ventas han mejorado notablemente, su inversión en todo el tema de bioseguridad, sus procesos internos y logísticos, han generado gastos adicionales no planificados, haciendo brecha en este indicador, dado que su valor agregado es la entrega a domicilio de los productos, garantizando que todo llegue con los estándares de cuidado al comprador.
Estas reinvenciones son acciones espejo que implican tomar medidas inmediatas y vincular al personal en esta transformación organizacional. Es válido tomar modelos de negocio como el japonés que, en una crisis, los socios de empresas como Suzuki, Canon, Toshiba, Panasonic entre otras que llevan aproximadamente 100 años funcionando, han sido conscientes de la sostenibilidad a largo plazo de la compañía, reinvierten los ingresos, mientras pasa la contingencia. Por el contrario, en muchas compañías occidentales, los socios prefieren mantener su estatus económico y no ceder sus ganancias para superar la crisis.
Esta es una posición a considerar, pues dadas las condiciones globales actuales, se debe plantear una reestructuración de ingresos para poder activar las medidas que se requieran para poder ser competitivo y ascender nuevamente o mejorar las condiciones anteriores, así mismo, incluir dentro de las acciones relevantes de la organización, el proyectar la planeación de las empresas de manera más extensa que solo un plan estratégico anual, proyectarse a un verdadero largo plazo, a 50 años, a 100 años y más, donde haya un plan de carrera dentro de la compañía que permita dejar un legado y expandirse, para que con esa planeación se tenga un fondo de sostenibilidad para situaciones como ésta.
Esta es una reflexión sobre las adaptaciones que ha tenido que asumir el ser humano en su evolución, la cual implica; constancia, perseverancia y sensibilidad al mercado, para que podamos ajustarnos a las nuevas necesidades, sin tener que cambiar radicalmente, es buscar la manera de aliarse, conectarse y gestionarse de manera eficaz y empática.
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