Prácticamente todas las personas que hemos utilizado algún producto o servicio de una entidad financiera en la última década estamos familiarizados con muchas de las herramientas tecnológicas que la banca pone a nuestro alcance.
La transformación digital que ha experimentado la industria financiera en los últimos años ha tenido un crecimiento enorme respecto las décadas previas, donde los productos se habían mantenido más o menos estables durante mucho tiempo. Hoy podemos ver que todos los días surgen nuevas propuestas de innovación que plantean cambios radicales en los paradigmas y supuestos que definen los productos financieros y la relación con los usuarios.
Ahora, hablemos de Fintech. Por muy complicado que pueda resultarnos el término, podemos simplificarlo como aquellos productos, procesos y servicios donde converge un proceso financiero con uno tecnológico, derivando en nuevas iniciativas que impulsan estas nuevas tendencias que inclusive llegan a detonar la creación de compañías completas especializadas en este nuevo sector. Hoy, las entidades financieras y empresas Fintech, ofrecen productos y servicios financieros con un fuerte componente tecnológico donde emplean no solo tecnologías existentes, sino que algunas llegan a desafiar los límites proponiendo nuevas tendencias tecnológicas e incursionando en algunas tecnologías que no han sido utilizadas a profundidad en la industria financiera.
Esta revolución, supone también algunos riesgos que si no se atienden de forma adecuada y oportuna, pueden provocar serios daños a la privacidad de clientes y usuarios, pérdidas económicas y lesionar la reputación de las entidades financieras y tecnológicas.
El mayor reto es garantizar la seguridad de los datos de todo el ciclo de producto (entidad, cliente y usuario), que es donde el daño potencial puede resultar incalculable, pero también existen otros desafíos como la comunicación entre las plataformas, el riesgo de mantener información y aplicaciones en la nube y la gestión de identidad. El sector Fintech ha logrado enormes avances en materia de ciberseguridad en los últimos años, uno de los más relevantes se llevó a cabo en el Foro Económico Mundial de Davos 2020 donde por primera vez se creó el grupo de ciberseguridad Fintech, al cual se adhirieron autoridades reguladoras del sector financiero de varios países del mundo.
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Algunos incidentes reportados en plataformas globales en términos de brechas de seguridad donde se compromete la información personal de millones de usuarios, ponen en alerta a las autoridades financieras respecto al uso masivo de herramientas tecnológicas en productos y servicios financieros, ya que a pesar de que ningún sistema es inmune a los ciberataques, los datos personales de usuarios del sector financiero resultan especialmente atractivos para los ciberdelincuentes.
Las estrategias de ciberseguridad en la era Fintech deben considerar temas como autenticación de usuarios y gestión de identidad, cifrado de datos, bloqueo de operaciones sospechosas, seguridad perimetral y limitar el almacenamiento en servicios de nube. Estas estrategias deben actualizarse periódicamente y ajustarse de acuerdo con la incorporación de nuevos productos y servicios, mayor cantidad de usuarios y los registros de ciberataques. De esa manera se podrá mitigar el riesgo y ofrecer un mejor servicio a los usuarios.
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