Antes de la pandemia, el modelo de coworking abría un mundo nuevo en la era del trabajo. Un lugar donde dan ganas de ir a trabajar y conocer distintas personas que potencializan mi negocio. Un lugar donde me ofrecen todo lo necesario para mi trabajo sin que yo tenga que hacerme cargo de nada. Un mecanismo de oficina donde puedo crecer o decrecer fácilmente a medida que mi negocio lo requiere. Y lo que es mejor, un modelo de oficina más económico que alquilar una oficina convencional y tener que gastar plata y tiempo en miles de detalles para que funcione todo a la perfección.
Después de la pandemia, el modelo de coworking no solo me ofrece todos los beneficios que ya mencioné, sino que cumplen rigurosamente los protocolos de #BioSeguridad, lo cual me permite sentirme en mi oficina igual de seguro que en mi propia casa.
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Estos son los retos que los Coworking deben afrontar después de la pandemia:
- Inventar un nuevo diseño de oficinas donde los «cowokers» sigan encontrando toda la variedad de espacios para trabajar (salas de reuniones, oficinas abiertas, oficinas cerradas, salas con sofás, zonas de cafetería, salón de juegos, entre otros) pero con distanciamiento físico y de manera segura.
- Capacitación para el personal operativo en cuestiones de bioseguridad y desinfección de las zonas comunes.
- Hacer cumplir las medidas de lavado de mano y uso del tapabocas.
- Implementación de herramientas de seguridad, tales como pedales para abrir puertas y evitar que los «coworkers» hagan uso de las manos.
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De manera forzosa la vida nos impuso un gran reto: Trabajar desde casa.
Creo que después de estos 60, 90 o 120 días, todos hemos sacado conclusiones positivas y negativas sobre trabajar desde la casa. Unos hemos aprendido a utilizar tecnologías que nos permiten trabajar y conectarnos. Otros aprendieron a ahorrar tiempo en el desplazamiento a la oficina. Otros encontraron un mecanismo de ahorrar en el canon de arrendamiento o demás gastos que implica tener una oficina.
Por otro lado, muchos extrañamos el tener reuniones presenciales para cerrar negocios. Lo difícil que es vivir la vida sin compartir con gente y poder generar aprendizajes y oportunidades. Extrañamos una buena velocidad de internet. Extrañamos mucho un lugar donde pudiéramos concentrarnos y tener todas las comodidades para hacer productivo el día a día. Extrañamos el café de oficina.
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Pero mis dos grandes conclusiones fueron: que desde mi casa logré algo que al comienzo veía muy difícil, que era trabajar y conectarme virtualmente con mis negocios y personas con quienes tenía que trabajar diariamente, lo cual me sirvió para ¨mantener el barco a flote¨. Y la segunda, que desde mi casa no voy a crecer mi empresa como necesito crecerla y generar los negocios que necesitaba cerrar, y mucho menos resolver enormes problemas que necesitaba resolver.
Por último creo que la máxima lección que todos aprendimos en el 2020, es que las empresas generosas, que piensan no solo en si mismas sino en la comunidad y el bienestar común, son las que se unirán y saldrán adelante más fortalecidas que nunca. Esto es más fácil de cumplir en un COWORKING.