La empresa más fuerte no es la que sobrevive, sino la que mejor se adapta al cambio mediante procesos digitalizados.
El cementerio de la historia reciente de la humanidad está repleto de empresas que se consideraban invencibles, forajidos de las leyes más básicas de la evolución que terminaron sucumbiendo a su propia incapacidad de adaptarse a los retos y cambios que, de forma implacable, el mercado dictamina.
Me he tomado la licencia, querido lector, de alterar ligeramente parte de la famosa frase del naturalista inglés Charles Darwin para confeccionar el título de este artículo. Pero ello obedece a una noble misión y es la de compartir con usted mi cristalina visión de la importancia que hoy en día desempeñan las tecnologías para conducir exitosamente a las empresas en su incansable búsqueda de obtener beneficios año tras año.
La volatilidad del mercado y la incapacidad de las empresas para adaptarse ágilmente a estos cambios es la principal razón de mortalidad empresarial. Hace 50 años, el mercado era un especialista en largas distancias y maratones, con una velocidad controlada y constante que, aunque exigente, te permitía reducir un poco el ritmo, recuperarte y volver a acelerar. Hoy en día ya no es así. El mercado es un velocista de corta distancia, explosivo y que demanda el máximo todo el tiempo.
Entonces, ¿qué podemos hacer para asegurar la supervivencia de la empresa? Adoptar y permear la organización del combustible que ha acelerado la evolución del mercado: la tecnología. ¿Y qué tecnología es la más adecuada para tal fin? Aquella que es capaz de digitalizar por completo los procesos de negocio, sean estos sencillos o muy complejos. Por tanto, una empresa que no digitaliza sus procesos de negocio y workflows mediante tecnologías como BPM (Business Process Management), RPA (Robotic Process Automation) o No-Code Application, está abocada al fracaso. ¿Pero por qué estas tecnologías y no otras?
Porque estas tecnologías son de rápida implantación, ayudando además a reducir los tiempos de gestión y son accesibles no solo por el personal de IT sino también por el de negocio. Porque son fáciles de adaptar y configurar en cualquier momento, otorgando flexibilidad a la empresa. Porque su coste es asequible y equilibrado para todo tipo de empresas independientemente del tamaño y sector. Porque digitalizan desde un pequeño proceso departamental hasta un macroproceso transversal a toda la organización con integraciones a otros sistemas ya existentes, aplicación de reglas de negocio, automatismos (robots), gestión documental, servicios de inteligencia artificial, control y medición de los datos e informes a varios niveles para asegurar una correcta toma de decisiones, y todo ello siendo muy conscientes de la importancia de las personas y su experiencia (UX).
Estas tecnologías van a evitar el alto riesgo de error humano, la duplicidad de trabajos y el exceso de burocracia, la generación desmedida de documentación, los silos departamentales, la complejidad en los procedimientos internos, la errónea toma de decisiones por información sesgada, entre otros.
Son ya cientos de miles las empresas que han adoptado un sistema de digitalización de procesos para garantizar su supervivencia, cimentando su éxito en la necesaria transformación digital. ¿Qué espera usted para hacerlo?
Es algo que todo dueño de empresa debería tomar en cuenta, quedarse en la forma tradicional de vender productos o servicios va quedando cada vez más atrás.
Más ahora con la llegada de los metaversos, no todo será tan digital, pero hay que estar a la vanguardía con este tema.