Los criterios ESG, por sus siglas en inglés Environmental, Social and Governance, cada vez más relevantes en el mundo corporativo, son aquellos factores que hacen a una empresa sostenible, resaltando su compromiso social, ambiental y de buen gobierno. Los stakeholders son cada vez más críticos en cuanto a cuáles organizaciones merecen su apoyo y cuáles no, basados en el nivel de compromiso que las empresas tienen con la sostenibilidad.
Desde todas las perspectivas es fundamental que las organizaciones promuevan e innoven en modelos de negocio sostenibles. Un claro ejemplo es que el 70% de los consumidores han cambiado de producto o servicio a raíz de la preocupación por el cambio climático, según cifras de IPSOS. Las personas ahora exigen que las empresas se interesen y tomen una posición respecto a los temas de responsabilidad social y sostenibilidad.
Más allá de que las compañías trabajen por el propósito de construir un mundo mejor simplemente por marketing, su mayor aspiración debe ser el reconocimiento como actores responsables y socialmente influyentes, estableciendo dentro de su modelo de negocio una mirada sostenible y siendo agentes de transformación social. Para ello es clave tener una estrategia de comunicación en materia de ESG, ya que fortalece los vínculos entre la marca y sus audiencias de interés, genera confianza hacia la compañía y construye una buena reputación.
Le puede interesar: Alinear la Estrategia con el Ambiente de Control y la Gestión del Riesgo
Lo principal es establecer el propósito de la compañía, el cuál debe estar alineado con el sector y valores de la empresa, teniendo en cuenta las grandes problemáticas que tienen impacto social, ambiental y económico. Además, se deben comunicar aquellas iniciativas que surjan a partir de ese propósito desde la transparencia y autenticidad, desarrollando una narrativa integrada en todos los canales de comunicación, que explique porqué es relevante para la empresa trabajar en ello y además de cuenta de las acciones que se llevan a cabo y su desempeño.
Lo anterior sin descuidar el trabajo interno, ya que el compromiso ambiental y social también debe considerar al talento humano de la compañía. Así lo respaldan cifras de Cone, que evidencian que el 80% de los colaboradores serían más leales a una empresa que contribuye a la solución de problemáticas públicas. Esto a partir del entendimiento de que el crecimiento constante, la comunicación y el trabajo colaborativo son esenciales para tener éxito en materia de sostenibilidad, tanto interna como externamente.
Aun para los inversionistas, la aplicación de las estrategias ESG, es un atractivo al momento de mirar a una empresa. Según cifras de EY, el 88% de los inversionistas preguntan a los directivos cómo se incorporan los criterios ESG en la toma de decisiones de inversión. La tendencia actual indica que las políticas públicas y los mercados financieros limitarán la expansión de aquellas empresas que no pueden demostrar su sostenibilidad.
En resumidas cuentas, la sostenibilidad ya no es simplemente un tema de moda, debería ser la razón de ser, el espíritu y la esencia de las compañías, puesto que el consumidor, los inversionistas y las personas en general lo están exigiendo como un propósito en común: impactar positivamente en la sociedad y en el medio ambiente.
Lea también: Transición Energética y Fondos de Inversión