«¿Sabe usted cuánto vale su negocio?. Aunque la creencia general se basa en que los negocios se valoran para venderlos, nada más alejado de la realidad, la valoración de negocios o compañías tiene múltiples propósitos.»
Son nuevos tiempos, las economías cambiaron y todo lo que en un momento dado se tenía proyectado perdió valor. Los presupuestos empresariales variaron y las previsiones de crecimiento miraron hacia otro lado. El desarrollo económico se sectoriza y da vía a unas nuevas realidades que responden a las necesidades básicas de la población. De la misma forma muchas empresas vieron caer sus ventas su participación en el mercado y generaron respuestas en el manejo de sus costos reduciendo sus plantas de personal o desapareciendo. Pero no todas las cosas son eternas y las situaciones varían. El sector empresarial debe adecuarse a las nuevas realidades mundiales y a la nueva forma de hacer negocios. Seguramente muchos tendrán que vender sus negocios o encontrar la forma de darles valor financiero, de mejorar precisamente su estrategia financiera. Pero en realidad, ¿sabe usted cuánto vale su negocio?.
Aunque la creencia general se basa en que los negocios se valoran para venderlos, nada más alejado de la realidad, la valoración de negocios o compañías tiene múltiples propósitos. Entre estos, fusiones o adquisiciones, escisiones, venta, compra o conocer la generación estratégica de valor económico financiero. Saber por parte de un empresario donde genera o destruye valor se vuelve fundamental para diseñar una estrategia financiera óptima que responda mejores a contribuciones y utilidades finales.
En el caso colombiano el tema de valoración de compañías viene cobrando importancia, tanto por lo cambiante del mercado como por ser una economía extractiva que genera apetito entre inversionistas internacionales y nacionales. De hecho, en nuestro país y dada la reorganización económica que vivimos ya venimos haciendo con más asiduidad procesos de valoración que conllevan inyección de capital fresco a las compañías. Creo firmemente en que esto será una constante en los próximos años.
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Para nuestro caso particular y dadas las múltiples opciones que se tienen para valorar una empresa, escogemos dos que pueden dar resultados muy ciertos y que son aplicables en un entorno con nuestras condiciones.
El valor de los flujos de caja
El primero el valor de los flujos de caja descontados a una tasa que no es otra que el costo de capital promedio ponderado. Esto, con unas proyecciones bien fundamentadas tanto para factores externos como internos y con cifras reales de funcionamiento de la compañía. Aquí la valoración por escenarios se vuelve fundamental para cubrir situaciones posibles y facilitar un proceso de negociación en el caso de una venta por ejemplo. Es importante resaltar que el proceso técnico de valoración es una etapa y el proceso de negociación otra, inclusive a veces la más compleja. Se requiere de conocimiento y habilidad para llegar al cierre financiero.
La valoración por múltiplos de EBITDA
La otra metodología, la valoración por múltiplos de EBITDA (ganancias antes de amortizaciones, depreciaciones e impuestos) nos ayuda a encontrar un valor de mercado de la empresa por el valor de sus activos sin tener presente cómo está financiada. Es decir, nos muestra que tantos recursos genera la empresa con independencia de su estructura financiera. El valor de la compañía debe ser mayor a los recursos generados por la misma. En mi concepto esta metodología puede ser utilizada para compra y venta de empresas en el ámbito internacional y que cotizan en bolsa de valores.
De esta manera dejó en el lector una introducción a los conceptos de valoración de empresas, su importancia y una pregunta: ¿Sabe cuánto vale su negocio?.
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