«Trabajar en la formación en valores al interior de las empresas, es un deber de los buenos empresarios.»
Estamos viviendo una coyuntura especial en todo el mundo, algo que quizás muchos pensamos que nunca ocurriría, solo en películas de ficción, pero ocurrió y hoy todos estamos conectados más que nunca, sin distinción de país, raza, religión, condición social, sexo, u otros, pues estamos travesando por el mismo problema, la pandemia. Pero a pesar de esta experiencia complicada, definitivamente hay muchas enseñanzas.
Lo primero es que todo puede cambiar en cualquier momento, que nada es para siempre, que debemos valorar lo que consideramos lo más importante, nuestra familia, que existe un pasado solo para aprender y no para vivir atormentados de lo que ya pasó y no se puede cambiar, que el futuro es importante sí, pero por ahora es incierto, y por lo tanto hay que vivir intensamente el presente; la vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio hay que ir siempre para adelante, podemos estar asustados, tener miedo, llorar, pero luego hay que seguir.
Pero también podemos visualizar oportunidades, la primera en el hogar, dando el ejemplo a nuestros hijos, de lucha, coraje, valores; recordemos que los hijos aprenden un 95% con el ejemplo y solo el 5% de lo que les explicamos teóricamente. Esto se repite en la empresa, si eres gerente, jefe, pues llegó el momento de demostrar si eres líder de papel, teórico o realmente un líder ejemplar, tomando decisiones difíciles pero justas, con responsabilidad, honestidad y sensibilidad.
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En situaciones de crisis siempre se identifica a las empresas que trabajan con códigos de ética, y estas son definitivamente las que perduran en el tiempo. Pero definitivamente esta coyuntura nos obliga a todos desarrollar o poner a prueba ese poder interno llamado resiliencia y quería compartir siete tips que ayudan a desarrollarlo:
1. Tener la capacidad de “aceptar” para enfrentar.
2. Ser Flexible, cambiar de ruta.
3. Focalizar lo importante .
4. Ser creativo.
5. Actitud positiva.
6. La esperanza.
7. Por último, y una arma poderosa, es el tener buenas relaciones, el estudio más largo del mundo ha demostrado que las personas que viven más y mejor, son las que están rodeadas de buenas personas, en especial los buenos amigos, esos que son como las noches oscuras, que no los ves pero sabes que están ahí, siempre listos para apoyarte.
Trabajar en la formación en valores al interior de las empresas, es un deber de los buenos empresarios, educar a las personas que no tuvieron esa oportunidad en su familia, pues un país no es rico por el oro, plata u otras riquezas que tiene en su tierra, sino por la educación de la gente, que es el punto de inicio hacia el cambio que todos estamos esperando.
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