«El ciberdelincuente no va a ganar si nosotros decidimos no permitírselo. Está en cada uno de nosotros el decidir ser una víctima potencial de los ciberdelincuentes o no serlo.»
Se ha vuelto frecuente para nosotros el ver en cada noticiero o periódico, noticias referentes a una nueva filtración de datos, ciber ataques a gran escala, robo de dinero de las cuentas bancarias de las empresas o de las personas, estafas con la vacuna para el COVID-19, etc. y todo esto genera al final una sensación de malestar, incertidumbre y temor por parte del público en general.
Lo que más inquieta a las personas en estos momentos es la incertidumbre, y estamos saturados permanentemente por datos que cada vez nos generan más preocupación: La Pandemia del COVID-19, la economía en picada, y los Ciberdelincuentes que al igual que la mayoría de nosotros se encuentran haciendo teletrabajo fuertemente, buscando nuevas víctimas.
La tecnología es una herramienta maravillosa cuando la utilizamos adecuadamente, pero también es el medio o vector que el ciberdelincuente utiliza para llegar a nosotros, es importante que conozcamos las tecnologías y entendamos de una forma básica su funcionamiento.
El objetivo de este artículo no es en ningún caso continuar con el ánimo tremendista y sombrío que actualmente nos aqueja, sino por el contrario dar una luz de esperanza acerca de que el ciberdelincuente no va a ganar si nosotros decidimos no permitírselo. Está en cada uno de nosotros el decidir ser una víctima potencial de los ciberdelincuentes o no serlo, y ahí viene la pregunta: ¿Cómo evito ser una víctima? la respuesta es muy sencilla: concientización.
¿Cuál es el camino a seguir?
Es muy sencillo: podríamos decir que como todo en la vida, vamos alcanzando niveles por medio de quemar etapas. Vamos a ver algunos de los pasos que debemos surtir para mejorar nuestro nivel de ciberseguridad, sin tener que ser expertos técnicos.
1. Ciberhigiene: Tal vez el más importante de todos los conceptos que debemos apropiar en nuestra vida e inyectarlo en nuestro ADN digital. Debemos observar normas de ciberhigiene en el uso de nuestros dispositivos, no me refiero al tapabocas y al gel antibacterial, me refiero a que no comentamos errores tan frecuentes como: Instalar cualquier aplicación en nuestros celulares que nos haya parecido llamativa, agradable o útil por el simple hecho de que nos llamó la atención.
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Cuántas veces hemos instalado una App para jamás usarla, pero eso sí: nos pidió acceso a nuestras fotos, nuestros contactos, nuestra cámara, nuestro micrófono nuestra geolocalización y a todo dijimos que sí, sin pensar que nosotros mismos acabamos de autorizar a alguien a que tenga acceso a nuestra información más personal, íntima y privada; luego preguntamos por qué o cómo pudieron tener acceso a nuestras fotos o a nuestros correos para sobornarnos.
Con Ciberhigiene abarcamos el uso adecuado de nuestros dispositivos tecnológicos de manera consciente, otro ejemplo: ¿cuántos de nosotros le entregamos nuestro celular al niño o niña para que juegue y nos deje unos minutos de tranquilidad? Usamos los celulares y tabletas como niñera digital, sin controlar lo que los menores hacen o a dónde acceden con nuestros dispositivos, muchas veces tenemos almacenados los datos de nuestras tarjetas de crédito o cuentas bancarias en nuestros dispositivos, y a través de un juego, le damos acceso al delincuente a esos valiosos datos.
Ultimo ejemplo: Es posible que sus hijos ya tengan acceso a sus propios computadores, celulares, tabletas o consolas de vídeo juegos ¿sabían ustedes que uno de los mecanismos favoritos de los pederastas para contactar y comunicarse con menores son los chats de los vídeo juegos? de ahí surge la necesidad de implementar control parental, las cuales son tecnologías que les permiten a los Padres el controlar y monitorear el uso de los dispositivos por parte de los menores. La Ciberhigiene como ven, tiene que ver con el uso seguro, adecuado y consciente de nuestros dispositivos.
2. Entender que cada interacción en la Internet deja una sombra digital con diferentes datos nuestros, los cuales podrían ser utilizados por un ciberdelincuente para perfilarnos, así que debemos controlar y entender qué tanta información entregamos al mundo, estamos hablando de: fotos, correos electrónicos, mensajes, etc. El concepto de perfilamiento tiene que ver con entender a la víctima: su nombre completo, cédula, teléfono, correos electrónicos, gustos, familiares, amigos, cónyuge, empresa donde trabaja, libros que lee, lugares que visita, donde vive, a donde viaja, asociaciones o entidades a las que pertenece, etc. Información valiosísima para un delincuente que quiera atacar una contraseña, o enviarnos un correo falso para que caigamos en una trampa, y lo peor es que si lo piensan con detenimiento, ya ustedes están entregando gran parte de esta información en sus redes sociales; y aquí viene una recomendación: seleccionen opciones de privacidad en sus redes sociales y no acepten a cualquiera que les envíe una invitación, tal cual como hacen en la vida real, no se dejen llevar por esa falsa sensación de tranquilidad creyendo de que al estar separados por una pantalla los bandidos no nos pueden hacer daño.
3. Informarnos acerca de los mecanismos de defensa que podemos utilizar o implementar, tales como antivirus, navegadores seguros, cifrado del correo electrónico y muchas más.
4. Consultar a los expertos acerca de las dudas que se tengan recordemos que no es nuestra obligación como usuarios el saberlo todo ni ser expertos en todo, para eso existen personas con el conocimiento adecuado y las ganas de compartirlo.
5. Conciencia Situacional siempre que estemos interactuando con un sitio web, revisando un correo electrónico, recibiendo un enlace por medio de nuestra mensajería preferida, pensar acerca de la información que estoy entregando y la que estoy recibiendo y determinar qué nivel de riesgo podríamos estar enfrentando.
Como ven, si seguimos estas simples recomendaciones, vamos a incrementar exponencialmente nuestro nivel de ciberseguridad, dificultando el accionar de los ciberdelincuentes que siempre se encuentran al acecho. Solo me resta despedirme, deseándoles lo mejor, que sigan sanos tanto física como digitalmente, y que compartan esta información con todas las personas que puedan; es posible que logremos evitar que otros ciberdelincuentes se salgan con la suya.
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