«La economía de las máquinas se refiere básicamente a las diversas actividades económicas que pueden darse entre máquinas y/o dispositivos autónomos como la compra o venta de productos y/o servicios sin la necesidad de que el ser humano intervenga.»
Por ejemplo, un coche eléctrico con conducción autónoma evalúa el nivel de carga de sus baterías y determina que con la carga actual no podrá completar el recorrido que le ha solicitado un cliente, por lo que antes de pasar a recogerlo decide primero acercarse a una estación de recarga cercana. Una vez en la estación, se coloca cerca del surtidor eléctrico, y el coche le hace la solicitud de servicio al surtidor para realizar la recarga de determinada cantidad de energía eléctrica, el surtidor acepta la solicitud porque está en capacidad de realizarla, se lo hace saber al coche y este procede con el pago del servicio, luego el surtidor lo abastece con la cantidad de energía eléctrica solicitada y el coche puede ir a recoger a su cliente. El internet de las cosas (IoT, Internet of Things) y la tecnología IOTA podrían hacerlo posible.
El IoT podría entenderse como la capacidad que tienen los dispositivos de transmitir la información que recolectan del mundo físico a Internet por algún medio, llegando a un servidor (básicamente una computadora, que podría estar instalada en la nube o de manera local) donde la información pueda almacenarse, procesarse, analizarse, realizar predicciones, mostrarse de forma gráfica, etc., con el fin de tomar mejores decisiones.
Del ejemplo, los sensores que cuantifican el nivel de carga de las baterías en el coche eléctrico podrán transmitir esta información a la computadora del coche autónomo y este transmitirla a internet utilizando la tecnología 5G, llega al servidor, se analiza y se concluye que no podrá recoger al cliente con el nivel de carga actual de las baterías y que deberá acercarse a la estación de recarga más cercana, indicando la ruta óptima basada en el nivel de tráfico actual, y por la cual se requiere recorrer menor distancia. Pero ahora ¿Cómo podemos realizar las transacciones? IOTA puede ser la solución.
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IOTA al igual que el Bitcoin es una criptomoneda (moneda digital que utiliza técnicas de cifrado para asegurar las transacciones). A diferencia de bitcoin que se basa en la tecnología blockchain, IOTA se basa en la tecnología “Tangle”. Permite realizar transferencias de información (mensajes) y/o de valor (criptomonedas) de una manera:
- Trazable (se puede seguir el rastro de las transferencias)
- Anónima (no se conocen la identidad del emisor y receptor)
- Transparente (todos pueden observar el contenido de las transferencias, aunque algunas pueden contener información sensible y estar “ocultas”)
- Inmutable (la información no se puede modificar ni eliminar)
- Segura (porque al ser una tecnología distribuida, quiere decir que la información está almacenada en distintos servidores por lo que si uno es atacado por “hackers” los demás pueden seguir funcionando; además, es en teoría resistente a ataques de computadoras cuánticas).
IOTA está especialmente diseñada para el IoT y la Industria 4.0, pues tiene la capacidad de soportar el crecimiento exponencial de las transferencias de información (mensajes) y/o valor (criptomonedas) de los dispositivos IoT, a más transferencias más rápida se vuelve la red, además no existen comisiones por la realización de transacciones lo que permite intercambiar información (mensajes) y/o valor (criptomonedas) sin costo.
Actualmente IOTA ha establecido alianzas o está realizando pruebas de concepto con las siguientes empresas: Jaguar Land Rover, Dell Technologies, Engie Lab, ST Microelectronics, Volkswagen entre otros. Sin duda, no estamos lejos de ver el potencial de la economía de las máquinas.
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