«La digitalización puede ser una de las mejores herramientas de la tecnología ya que permite: estandarizar, transparentar y acelerar la operación.»
La tecnología suele ser interpretada como la digitalización de los procesos, cualquiera sean estos o cualquiera sea el campo donde se apliquen. O sea, tanto si se requiere validar que una persona pueda pasar por una puerta, como, si se desea digitalizar la experiencia de usuario al momento de la compra, ambas son consideradas como tecnología.
El caso es que es correcto que ambas sean consideradas como tecnología, pero no es el caso para la digitalización. ¿Por qué? pues primero y como regla básica tecnología se refiere a el “Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico” (Real Academia Española ©).
La digitalización en cambio es el mero hecho de digitalizar y este responde a “Convertir o codificar en números dígitos datos o informaciones de carácter continuo…” (Real Academia Española ©).
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Y es aquí donde se produce una confusión que termina afectando a clientes y proveedores por igual ya que mientras uno “espera” resolver sus problemas mediante la tecnología (pensando en lo digital), el otro “ofrece” soluciones (pensando en la tecnología).
En la práctica esto se refleja claramente cuando un Retail automotriz enfrenta problemas cómo; “¡No está el auto que viene a retirar el cliente hoy!” o “¡No puedo decirle al cliente cuándo retirar su vehículo!”, entonces piensa: “si tuviéramos un buen sistema informático, no tendríamos este problema”. Nuestro Retail entonces está en parte en lo correcto pero en falta de algo más importante; La tecnología del proceso de abastecimiento.
Esta tecnología se refiere principalmente a los procesos, los que a su vez requieren de: ser gestionables; visibles y conocidos. La gestión se refiere a que la organización realiza un proceso de análisis de operaciones en forma recurrente y documenta los procesos (esta es quizás la primera falta detectable), para hacerlos visibles en la organización; es decir, que no sólo los jefes son conscientes de esto sino que todos quienes colaboran en la empresa también. Conocidos es quizás la máxima expresión de una buena tecnología y es que los procesos ya son parte del uso y costumbre de la organización y por ende podemos hablar de una capacidad de actualización fluida o en el mejor de los casos, de mejora continua.
A ojos de buen lector, no hemos requerido de digitalizar hasta acá y es desde lo anterior que la digitalización sí puede ser una de las mejores herramientas de la tecnología ya que permite: estandarizar, transparentar y acelerar la operación logrando objetivos como los planteados al inicio como lo es digitalizar la experiencia de compra, que dicho sea de paso aún y cuando digitalizada, si no cumple; no sirve para nada a ojos del cliente.
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La tecnología digital ha impulsado grandes cambios en la industria, así como nuevos modelos de negocio que tienen como foco al cliente. Como su velocidad -una vez implementados- es impresionante, no es extraño conocer de estas historias y querer ser parte.
La logística se define como la organización y movimiento de volúmenes en el espacio. O sea, podemos pensar como un niño y jugar con una pelota dentro de nuestra pieza para cumplir con tal definición. No pasará un minuto para encontrar “nuevos espacios y nuevas formas de hacerlo” para comprender desde lo más nuclear el concepto.
“El conjunto de medios y métodos necesarios para llevar a cabo la organización de una empresa, o de un servicio, especialmente de distribución” es la definición de la Real Academia Española hasta nuestros días y es quizás el checklist más explícito con el que contamos los ejecutivos para dar respuesta a una temida pregunta en los últimos años, que llegó a ser dramática durante la pandemia de covid-19; ¿Cómo está nuestra logística?
Si la logística es hoy tan explícita y curiosamente es de las pocas artes-ciencia que se definen más por acciones que definiciones “…la logística se encarga de…” entonces por qué tantas empresas y más aún, tantos ejecutivos sufren cada vez que son interpelados con la pregunta más dura de los últimos años; ¿Cómo está nuestro nivel de servicio?
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Desde aquella pelota que movíamos por nuestra pieza, hasta la complejidad de organizar recursos y técnicas para lograr entregar un producto o servicio a tiempo, en las condiciones prometidas y en forma consistente, conocimos empresas que no lo lograron, trabajamos con aquellas que trabajan día a día en lograrlo y admiramos a aquellas que se destacan en este campo.
En el libro Fedex Cumple de Madan Birla (2005), el autor da cuenta de esto, ayudando al lector con el mismo subtítulo y luego con los detalles en su contenido: “Cómo sigue innovando y superando a la competencia la principal compañía de transporte del mundo”
Innovar es una ciencia en la cual los japoneses desarrollaron una maestría con su Sistema de Producción Toyota: “buscar mejorar lo que hacemos, en forma controlada y constante” (Kaizen) lo que se traduce en: importa que lo hagan bien, entiendan el porqué y luego vuelvan a buscar formas de mejorarlo. Cuando dicen “controlada” se refieren a la información y esto a su vez implica la captura, visualización y análisis de la misma ya que de otro modo, no podríamos saber si “mejoramos”, “empeoramos” o quizás nos encontramos en una situación -no poco común- de; “no tenemos idea de cómo lo estamos haciendo”.
Al igual que antes hay conceptos no explícitos en esto y se refieren a la disciplina que logran los líderes con sus colaboradores en cuanto a: superación, satisfacción y relevancia. Superar es un arte que madura en manos de las personas y se refiere a la satisfacción que logran cuando sienten y confirman que lo que hacen tiene un significado y se superan cuando esto lo realizan de mejor manera, quizás medido en la propia sonrisa de sus clientes y jefes.
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