Como punto de partida, es importante resaltar los logros del Sistema de Salud colombiano durante las dos últimas décadas. En torno a la cobertura del aseguramiento, en el año 1993 alrededor de 8,5 millones de personas estaban afiliadas al Sistema integral de Salud existente en ese momento, lo que en términos prácticos significaba que 28 millones de colombianos no accedían a los servicios de salud, por lo que tenían que cubrir de su bolsillo los costos de la atención. Hoy la población cubierta por el Sistema de Salud es del 97%.
A través del aseguramiento se garantiza el acceso a los servicios de salud. Las cifras así lo indican, 19 EPS del régimen contributivo y subsidiado prestaron en el año 2014 un promedio de 24,4 actividades por afiliado, para un total de 500 millones de servicios en este lapso.
A su vez, el Sistema ha beneficiado, principalmente, a los más pobres y a la población ubicada en las zonas rurales. Al inicio de la Ley 100, la cobertura de la población en el primer caso era del 4,3%, 20 años después es del 89,3%; en cuanto a la población residente en áreas rurales, se pasó del 6,6% al 92,6%.
Adicional a lo anterior, el gasto de bolsillo ha disminuido sustancialmente durante este período. En 1993 era del 52%, hoy es del 14,4%; cifra inferior, por ejemplo, al promedio en América Latina y el Caribe el cual es del 39%, de México (45,2%) o Chile (32,4%).
Estos logros se han alcanzado con un gasto en salud del 6,8% del PIB, cifra por debajo de países como España, Brasil, Canadá y el promedio de la OCDE (8,9%).
Estos resultados le han representado al país diferentes reconocimientos como el emitido por la Organización Mundial de la Salud en el año 2000, el cual ubicó el Sistema colombiano en el primer puesto en cuanto a equidad de la contribución financiera se refiere y uno de los mejores en su desempeño.
Sin embargo, existen retos importantes que deben ser resueltos a futuro para garantizar la sostenibilidad del sistema, los cuales se relacionan con servicios de salud integrales, mejorar el acceso y la calidad, la incorporación de las nuevas tecnologías en salud sin que esto ponga en peligro la sostenibilidad, la gestión del riesgo, el fortalecimiento del talento humano y la implementación de la Ley Estatutaria de Salud.
“Al inicio de la Ley 100, la cobertura de la población en el primer caso era del 4,3%, 20 años después es del 89,3%; en cuanto a la población residente en áreas rurales, se pasó del 6,6% al 92,6%”
Es en este marco que el Ministerio de Salud y Protección Social emitió la Política de Atención Integral en Salud -PAIS- (Resolución 0429/2016) la cual incorpora el Modelo Integral de Atención en Salud -MIAS- con los siguientes componentes: caracterización de la población, regulación de Rutas Integrales de Atención en Salud, implementación de la Gestión Integral del Riesgo en Salud, delimitación territorial del Modelo de Atención Integral en Salud, Redes Integrales de Prestadores de Servicios de Salud, redefinición del rol del asegurador, redefinición del esquema de incentivos, requerimientos y procesos del Sistema de información, fortalecimiento del Recurso Humano en Salud y fortalecimiento de la investigación, innovación y apropiación del conocimiento.
Cada uno de estos diez componentes significa un gran desafío en su implementación. Por ejemplo, redefinir el actual modelo de contratación para que los servicios de salud se paguen con base en resultados y no solamente el reconocimiento de unas actividades sin tener claridad sobre el impacto en la salud y el bienestar de la población exige un cambio de fondo en la actual relación asegurador-prestador, el profundizar la gestión integral del riesgo en salud a través de la articulación de la gestión de lo colectivo y lo individual requiere una mayor interacción entre aseguradores, prestadores, afiliados y Entidades Territoriales las cuales se deben articular para obtener el máximo beneficio posible para los pacientes; o el redefinir el papel del asegurador para la protección financiera, su papel como agente del paciente y la responsabilidad en cuanto a acceso y resultados en salud se refiere plantea nuevos retos que transformarán las actuales relaciones con los diferentes participantes del sector.
El punto más importante en este proceso es el fortalecimiento de la Atención Primaria en Salud, de tal forma que la población reciba un servicio integral, incorporando la participación de los afiliados en el mantenimiento de la salud en aspectos como la disminución del consumo de alcohol y tabaco, el aumento de la actividad física y el consumo de alimentos bajos en grasa y azúcar, entre otros puntos relacionadas con el autocuidado.
Aunque todo lo anterior es un pilar fundamental para mejorar el desempeño del Sistema, se requiere aumentar los recursos hasta alcanzar, por lo menos, una inversión en salud del 8% del PIB. Esto porque el sector está desfinanciado, si las medidas propuestas en el MIAS no se acompañan de los recursos suficientes, las metas definidas para asegurar la sostenibilidad no se lograrán.
Colombia alcanzó la cobertura universal en el aseguramiento y desarrolló un Sistema solidario, eficiente y equitativo; una implementación adecuada del MIAS y un mayor financiamiento permitirán mejorar la calidad de los servicios de salud y la sostenibilidad del Sistema, puntos que son fundamentales para mantener a futuro los logros alcanzados en los últimos 20 años.