«La digitalización de los documentos referidos a litigios es otra necesidad, ello no sólo reduce los costos de almacenamiento, metraje de oficinas, asignación de personal, sino además, suministra virtualmente los documentos que obran en archivos, facilitando el trabajo del equipo legal.»
No hay duda que la pandemia nos ha enseñado que el trabajo asistencial en un despacho puede suplirse por una actividad remota, que las consultas pueden absolverse desde un espacio en el hogar, que la práctica del derecho en las calles y ante los juzgados puede ejercerse a través de una computadora, que las pizarras de los grandes salones de reuniones pueden suplirse con una pantalla de 13 pulgadas, y que la pasión mostrada ante el tribunal puede igualmente expresarse mirando fijamente el lente del monitor.
Sin dudas esta pandemia cambió la praxis del derecho y lo volvió más dinámico, las reuniones con los clientes se han vuelto más frecuentes, hemos cambiado el tránsito de la mañana para llegar a la corte, por el tráfico de la red para asistir virtualmente a un consejo directivo. Incluso, las ofertas formativas para los equipos legales se han modernizado, y hoy ya no es necesario trasladarse al extranjero para tener clases en un centro de estudios de prestigio mundial.
Es por eso que, para garantizar la prestación de un adecuado servicio es necesario que los despachos jurídicos se adapten a estas nuevas tendencias. Y estos requerimientos van más allá de tener la computadora de última generación, ya que para lograr mayor utilidad, ésta debe venir acompañada de una importante inversión. La red local ya no puede ser doméstica, sino de alta calidad, de forma tal que podamos mantener reuniones con estándar de visualización y con posibilidad de transferir datos de manera ágil e inmediata. Debemos contar con un software de comunicación que habilite el acceso sin limitaciones.
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Es cierto que existen programas cuya gratuidad no nos aísla de la comunicación, pero es sumamente recomendable, ser asistidos por programas “de paga”, para que podamos acceder a todas las herramientas con las que éstas cuentan, que incluye desde la administración de individuals room, group meeting, classroom, hasta la celebración de congresos y seminarios donde pueden asistir miles de personas. Es por ello que el crecimiento de los despachos debe procurar:
- La inversión tecnológica.
- La reestructuración de los costos en infraestructura.
- El gasto formativo del equipo legal.
Esto porque a través del fomento de tales políticas, se podrá garantizar una prestación de servicios competitivos. El desarrollo de proyectos tecnológicos que le faciliten al cliente información necesaria, no debe ser ajeno. Finalmente, la implementación de la mesa de partes virtual, y la digitalización de los documentos referidos a litigios es otra necesidad, ello no sólo reduce los costos de almacenamiento, metraje de oficinas, asignación de personal, sino además, suministra virtualmente los documentos que obran en archivos, facilitando el trabajo del equipo legal, compartiendo legajos para la estructuración de una defensa. El uso de la tecnología es imprescindible, y su valor hoy, es incalculable.
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