Consumidores mejor informados toman mejores decisiones. Esta premisa es la que todo empresario debe tener identificada, medida y analizada en materia de energía en su organización. En este sentido, la digitalización es una herramienta que puede generar transformaciones de fondo y largo plazo en el consumo energético.
El uso de dispositivos digitales de medición y control que den cuenta del comportamiento del consumo energético, son un primer paso para la optimización del uso de la energía.
La segunda área en la que la UPME identifica victorias tempranas es en la adopción de sistemas de gestión de energía bajo la norma ISO 50001. Los sistemas de gestión de energía son herramientas que permiten identificar de forma progresiva las adecuaciones de bajo, mediano y alto costo que se pueden implementar en una organización y los potenciales ahorros que se obtendrían con dichas inversiones. Gracias a que contempla acciones asociadas a buenas prácticas en operaciones y cambios de costo bajo.
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Actualmente se está ejecutando en la ciudad un convenio con CHEC – ANDI- MECANICAD con la finalidad de utilizar dispositivos digitales para identificar oportunidades, implementar acciones asociadas a buenas prácticas y finalmente optimizar los costos de operación de las empresas, bajo la metodología de la norma ISO 50001.
A través del GIE 4.0 (Gestión Inteligente de la Energía) durante 4 meses se han monitoreado los procesos claves de 6 empresas, obteniendo los siguientes indicadores:
- Energía no asociada a la producción: ↓13% equivale $12.000.000
- Índice de Eficiencia: ↑16% es decir mayor aprovechamiento de la energía
- Costo eléctrico unitario: ↓6% equivale a $7.350.000
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Sin embargo, las mejoras en eficiencia energética en el sector terciario e industrial tienen barreras importantes a superar. Los altos costos de las nuevas tecnologías, los costos de transacción asociados a la contratación de firmas especializadas en auditorías energéticas y el bajo costo de algunos energéticos contaminantes, así como los aspectos regulatorios, son el principal reto para la implementación de estas medidas.
Con el Acuerdo para el Cambio Climático de París en 2015 quedó claro que el desarrollo económico del mundo debe moverse a partir de energías renovables, para dejar atrás la generación a partir de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y/o gas natural. Los proyectos solares ofrecen beneficios a destacar como: reducir la huella de carbono, protegerse de las fallas en la red, generar ahorros en la factura de energía y gestionar el riesgo a la exposición en el mercado energético.
En la región existen varios proyectos importantes, con resultados positivos pero también con nuevos retos en materia de normatividad y aspectos relacionados con el mantenimiento.
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