«La inclusión debe ir más allá de un programa, debe ser un pilar, un valor corporativo, el ADN de las compañías, de cada institución, es más debe estar impregnada en cada persona.»
De acuerdo a su definición “La inclusión es un concepto teórico que hace referencia al modo en que se debe dar respuesta a la diversidad. Es un término que surge en los años 90, su supuesto básico es que hay que modificar el sistema para que responda a las necesidades de todos, en vez de que sean las personas quienes deban adaptarse al sistema, la opción consciente por la heterogeneidad constituye uno de los pilares centrales del enfoque inclusivo”.
Generalmente se habla de inclusión dentro de programas de responsabilidad social o programas de impacto que las empresas desarrollan con diferentes fines, bien sea de ayudar al desarrollo social de la comunidad, para mejorar o posicionar una imagen corporativa o en últimas instancias para obtener beneficios tributarios, cabe aclarar que esto no está mal, si sirve como impulso para que más empresas adopten este camino de aceptar y apoyar la diversidad bienvenido sea, pero la inclusión debe ir más allá de un programa, debe ser un pilar, un valor corporativo, el ADN de las compañías, de cada institución, es más debe estar impregnada en cada persona, ser inclusivos es ser más empáticos, es entender y aceptar las diferencias como esa diversidad que conforma el universo, la naturaleza y la raza humana.
«Cuando escuchamos y celebramos lo que es común y diferente, nos convertimos en una organización más sabia, más inclusiva y mejor». – Pat Wadors, Jefe de Recursos Humanos en LinkedIn
En el mundo existen más de mil millones de mujeres y hombres catalogadas como personas con discapacidad intelectual, personas con millones de historias, de sueños, de capacidades y de unas ganas increíbles de demostrar lo que pueden lograr, lastimosamente aún en la actualidad la tasa de empleo de estas personas sigue siendo baja y siguen encontrando muchos obstáculos a la hora de trabajar. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo existen diversas ventajas de construir un lugar de trabajo incluyente, entre ellas encontramos:
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Acceso al talento:
Al centrar la atención de las empresas y reclutadores en las competencias, habilidades para el cargo y habilidades blandas o humanas, apartando la vista de los estereotipos sociales construidos, se puede encontrar una gran variedad de talentos sin aprovechar.
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Mayor innovación:
Las empresas y los empleados expuestos a historias y experiencias diversas, tienen una mayor capacidad de pensar más allá de los límites, encontrando formas novedosas y enfoques creativos para la resolución de problemas o desafíos.
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Mayor sentido de pertenencia y mayor retención:
Los empleados logran generar más empatía con su entorno, con sus colaboradores y con su empresa, construyendo relaciones laborales más fuertes, además los empleados que sienten que su empresa los integra, generalmente son más leales y entusiastas.
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Mejor imagen:
La imagen de las empresas frente a la sociedad y sus consumidores mejora ya que estos valoran más a las empresas que generan oportunidades y derrumban las barreras sociales.
La inclusión de personas con discapacidad intelectual no sólo presenta beneficios para ellas y ellos al permitirles desarrollarse laboralmente, también generan beneficios para las empresas, para sus colaboradores, para sus clientes y hasta para el entorno social de la persona contratada.
Ser una empresa que genera procesos de integración socio-laboral de las personas con discapacidad intelectual conlleva cierta complejidad pero esto no indica que sea una tarea imposible, para que la inclusión sea más allá de un programa, debe existir un compromiso por parte de la empresa y la mayoría de sus empleados, para lograr esto las empresas deben desarrollar programas de comunicación que les permita transmitir los beneficios de la diversidad pero también escuchar las preocupaciones de sus colaboradores en estos procesos, que entiendan los beneficios que estas iniciativas generarán para todos.
Adicionalmente incentivar y crear programas de capacitación para sus empleados será de gran ayuda para llevarlos a comprender mejor el tema, logrando que cuando empleados con discapacidad intelectual formen parte de la compañía, se sientan respetados y tenidos en cuenta, generando un mejor desempeño de sus funciones y un clima laboral de colaboración y crecimiento.
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