«La Arquitectura de la Felicidad es un concepto en el que grandes compañías a nivel mundial han venido trabajando y que han estado tratando de perfeccionar.»
Sabemos que no existen fórmulas exactas, pero sí existen estudios que demuestran que los espacios que han sido planeados en su diseño tienen una incidencia directa en el resultado de la felicidad de sus usuarios. “A menudo nuestros clientes nos preguntan como nosotros abordamos la felicidad desde el ámbito de la arquitectura”
¿Qué significa hablar de Arquitectura de la Felicidad?
Es claro que las personas quieren ser felices y para esto debemos ser conscientes que nadie distinto a cada uno de nosotros es responsable de nuestra propia felicidad, pero también debemos ser conscientes que el entorno sí puede mejorar y cambiar nuestra percepción de felicidad.
A partir de estas dos premisas es posible afirmar que cada uno, para lograr ser feliz, requiere en primer lugar de ser arquitecto de su vida y por lo tanto arquitecto de su felicidad, es decir, que este término designa el diseño de la construcción de la felicidad inicialmente en un ámbito personal.
Lo segundo es que muchos de los expertos que investigan y profundizan en la felicidad hoy en día; como la Universidad de Harvard que dedica toda una rama de investigación a las “Ciencias de la felicidad”; entienden que lo que crea el sentimiento de felicidad es la mezcla entre el placer y el propósito. Es decir, si en la vida tienes muchos propósitos pero poco placer no eres feliz. Lo mismo al revés. La clave es el equilibrio entre los dos.
Entendemos entonces que en el trabajo es exactamente lo mismo. Si encuentras una profesión que te gusta practicar y, además, cumple tus expectativas personales, tienes más posibilidades de ser feliz. Sin embargo, algo que muchas investigaciones recientes afirman, pero pocos comentan, es que hay un tercer componente fundamental: el contexto. Hay empleos en los que cambiar el propósito y/o el placer que se siente al hacerlo resulta muy complicado, pero sí podemos cambiar el contexto o entorno en el que se realiza.
Si a la misma persona que realiza un trabajo poco placentero y con un propósito poco significativo la pones en un espacio agradable con colores que estimulen sus sentidos, con luz natural con buena ventilación, con vegetación, cambias el contexto y el contexto es uno de los factores que influyen en la felicidad, el contexto se diseña y es allí donde hablamos de “Arquitectura de la felicidad”.
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¿Por qué hablar de Arquitectura de la Felicidad en el contexto actual?
Para compañías de arquitectura, investigaciones como las del Arquitecto mexicano Juan Carlos Baumgartner, quien desarrolló la teoría del Diseño para la Felicidad (Design for Happiness), que dicen que un buen diseño de espacios puede tener impactos positivos a nivel cognitivo – ayudar en el proceso de memoria y en el aprendizaje, pero también a nivel biológico o investigaciones de Gallup que revelan que más del 85% de las personas a nivel global no son felices en su trabajo; lugar donde pasan la mayor parte de su vida, las llevan a preguntarse: ¿por qué hay tantas personas dispuestas a pasar tanto tiempo haciendo algo que realmente no los hace felices?.
Estas premisas hacen que pongamos en tela de juicio y de valor la importancia que se le da a la felicidad en el contexto actual, que no se diseña, ni se piensa en los espacios arquitectónicos enfocados a los usuarios. Hace 50 años, la mayoría de las oficinas eran grises, sin color ni estímulos visuales, lo que provocaba estrés y depresión en muchos empleados. Hoy los espacios de muchas oficinas generan emociones positivas en las personas, que se traducen en salud y felicidad.
Actualmente los psicólogos incluso hablan del síndrome de déficit de naturaleza, que ocurre con los adultos en estos nuevos contextos, un mal que afecta a las personas que viven alejadas del contacto con entornos naturales y que se manifiesta en forma de estrés, trastornos de aprendizaje, fatiga crónica y depresión, entre otros síntomas. En ausencia de experiencias con la naturaleza se pierden importantes espacios de desarrollo cognitivo y emocional, capacidad de exploración, creatividad, destreza para la convivencia y para la resolución de problemas.
Los ambientes de oficina deben generar estímulos provenientes de la naturaleza, que además sean cambiantes. “En la naturaleza hay claroscuros, hay colores, texturas, rectas, ángulos; nada es estático”. El color es otro factor importante, pues se ha comprobado que estimula la productividad de las personas. De acuerdo con la psicóloga inglesa Angela Wright, quien en los años 70 comenzó a estudiar la influencia del color en el estado de ánimo y la conducta de las personas, el color azul estimula la mente, el amarillo inspira la creatividad, el rojo afecta el cuerpo y el verde crea un equilibrio tranquilizante. Además, los colores brillantes y muy saturados estimulan, mientras que los más suaves y apagados generan una sensación de calma.
La importancia de los espacios que generan felicidad en el contexto actual
Las áreas de descanso y los espacios colaborativos son una tendencia que va en aumento en todas las empresas sin importar su propósito. Es aconsejable que los empleados tengan un espacio para levantarse y caminar o un área de descanso donde puedan despejarse o trabajar solos o en equipo sin estar sentados en el mismo lugar durante todo el día.
Como puede verse, el poder de los espacios de trabajo es claro. Los espacios transforman profundamente a cientos de personas, no solo en su comportamiento, sino también en su bienestar y su salud. Estos nuevos paradigmas y tendencias deben adaptarse a cualquier entorno de trabajo ya que en cada uno de ellos tendrá unos parámetros ligeramente diferentes. Sin embargo, y con base en todo lo expuesto, se puede identificar un conjunto de parámetros comunes a cualquier entorno y que son imprescindibles para fomentar y amplificar nuestra felicidad en los contextos actuales de oficinas.
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