«El primer paso en el uso de analítica de datos para mejorar sus procesos de selección debe ser escoger las métricas y datos correctos.»
“El dinero debe estar en el talento, no el banco. El talento es más rentable”. Hace algunos años escuché esta frase y entendí la importancia de la correcta elección de los colaboradores para potencializar y acelerar el crecimiento de las empresas. Sin importar el tamaño de la facturación o la cantidad de empleados, cada persona que ingresa a una organización tiene el deber de aportar para llegar al siguiente escalón.
Sin embargo, el talento no se mide únicamente en conocimiento técnicos. Hoy, ante los retos asociados al futuro del trabajo, la conexión empresa-persona es más que relevante. Lograr una adaptación e integración de la cultura y valores empresariales en los nuevos colaboradores es un eje fundamental en el desempeño futuro de la compañía. Por ello, la importancia de las habilidades blandas, su correcta medición y el match con la cultura empresarial.
Medición
Desde hace poco más de una década, los datos se han transformado en el principal commodity del sector público y privado. Su correcto uso permite identificar aspectos claves para el crecimiento de las compañías, incluso, en lo concerniente al talento que mejor encaja con una organización.
El reclutamiento tradicional tenía como base la intuición y un poco de suerte, más que los datos, generando una ineficiencia en los procesos que impactaba negativamente la efectividad. De hecho, según un estudio de LinkedIn, desde el 2014 los cargos de analista de talento se han incrementado 111% y se estima que el 84% de los reclutadores a nivel mundial partirán del análisis de los datos desde su pool de talento para atraer los mejores perfiles a sus compañías.
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La cantidad de softwares y herramientas de análisis disponibles en el mercado han permitido que se utilice hechos y estadísticas tangibles para reducir costos y ser más eficientes y efectivos en los procesos. Muestra de ello es que la compañía que presido actualmente ha logrado que las empresas alcancen un tiempo menor a 24 horas en dichos procesos, con candidatos más propensos a adaptarse a sus culturas y retos a partir de la medición mediante data de sus habilidades blandas.
Cabe destacar que el uso de los datos desde la gestión del talento no se concentra únicamente en la elección del mejor perfil. Es relevante su análisis para la asignación correcta de presupuestos según los canales más efectivos, para identificar alertas en las experiencias de los candidatos que afecten su tasa de conversión privándose de buenos talentos, y, no menos importante, comparar y pronosticar su eficiencia y efectividad desde el área. Por ello, el primer paso en el uso de analítica de datos para mejorar sus procesos de selección debe ser escoger las métricas y datos correctos.
¿Cómo hacerlo?
Puede iniciar preguntándose sobre el tipo de personas que desea tener en su organización, qué le gustaría saber de su proceso de reclutamiento y selección, qué datos cree que generarían valor en la toma de decisiones según la etapa del proceso y cuales son los cuellos de botella que enfrenta hoy en día. Teniendo esto resuelto, inician los grandes retos. Los datos permitirán obtener una noción del problema, más no el por qué. La interpretación correcta de estos requiere de una gran capacidad de discernimiento, para lo cual debe contar con una persona que entienda sobremanera la cultura y los valores de la empresa, pues un software no comprenderá correctamente la gestión humana realizada en cada organización.
¿Qué nos dice esto?
Cada insight, punto, cifra o dato incrementará la probabilidad de elegir el mejor talento posible para la compañía, incrementando la agilidad y efectividad de los procesos, desde el reclutamiento hasta la contratación, lo cual repercutirá positivamente en cada una de las métricas a evaluar en las tareas realizadas por los nuevos colaboradores.
Las nuevas generaciones traen consigo más datos y mayor complejidad, por lo que se destaca la importancia de que estos no sean utilizados únicamente en mediciones técnicas banales. Es claro que dichas generaciones integran la capacidad de evolucionar más rápido, pero también hacer visible su inconformidad a la misma velocidad. Por lo que, desde nuestra humilde opinión, es en la relación entre la persona y el contexto de cada compañía donde se deben concentrar los mayores esfuerzos en la medición, pues, desde allí, partirá el correcto desempeño de la organización en el mediano y largo plazo.
En conclusión
Toda aquella experiencia construida sobre las bases de la intuición puede ser potencializada por los datos, encontrando un gran aliado que permitirá identificar fallas y obtener mejores decisiones que aceleren los resultados trazados como compañía. Sin embargo, los datos no dejan de ser fríos y es importante añadir nuestra percepción para que sean transformados en grandes decisiones.
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