«Se propone el desarrollo de las empresas regenerativas, para garantizar no solo la disponibilidad de los recursos a futuro, sino que estos a su vez se conecten con los ecosistemas naturales, proponiendo una nueva forma de hacer negocios. Reparando ecosistemas degradados, creando resiliencia y mejorando el bienestar de las comunidades donde operan.»
Nos encontramos en un momento de cambio, no solo por la pandemia que enfrentamos, sino porque nos estamos cuestionando el modelo de desarrollo que seguimos, en el que dependemos del extractivismo, la degeneración de los ecosistemas y de impactos negativos hacia los grupos de interés. Alrededor del mundo, los sistemas naturales, sociales y económicos se ven afectados en cierta medida por las actividades de producción y va a llegar un momento en el que estos recursos finitos se acaben, y como sociedad no encontremos como suplir la demanda vital de bienes y servicios hacia la población.
En respuesta a esta crisis ambiental y social surge el desarrollo sostenible en el que se busca reducir al máximo los impactos negativos causados por las diferentes actividades. Sin embargo, nos estamos quedando cortos en la respuesta, se siguen generando impactos que causan una degradación irreversible en los sistemas ambientales y sociales. Por esta razón, se busca ir más allá y es aquí donde se propone el desarrollo de las empresas regenerativas, para garantizar no solo la disponibilidad de los recursos a futuro, sino que estos a su vez se conecten con los ecosistemas naturales, proponiendo una nueva forma de hacer negocios. Reparando ecosistemas degradados, creando resiliencia y mejorando el bienestar de las comunidades donde operan.
Desde la regeneración, se busca recuperar algo que se ha degradado o perdido para mejorar las condiciones ambientales y sociales. Para lograr esto, se tiene que garantizar que se realice por medio de una actividad económica que sea rentable. Una de las formas en las que podemos lograr esto, es por medio de una visión a largo plazo, basados en los principios de la economía circular.
Estos principios son:
– Diseñar para reducir, reutilizar y reciclar.
– Rediseñar y reenfocar la cadena de producción y de servicios.
– Transformar productos en servicios.
– Optimizar el uso de los recursos.
– Incrementar el consumo de bienes, servicios y recursos locales.
– Incluir a los actores locales para definir objetivos en común.
A través de este modelo de negocio se pretende establecer un círculo virtuoso en el que se puedan producir bienes o servicios, sin desperdiciar los recursos limitados del planeta. De esta forma se reduce el consumo, el tiempo, la energía requerida y los desperdicios. Para poder lograr esto, se debe entender a profundidad todos los aspectos de la actividad y poder integrarla de la mejor manera a esta nueva visión.
Si se logra integrar este modelo a las empresas no sólo se percibirá beneficios en términos sociales y ambientales, sino que se puede incrementar la rentabilidad y mejorar las condiciones para todos los grupos de interés. Así mismo, la imagen que se tiene como empresa mejora, ya que los consumidores cada vez son más consientes de los impactos que generan las empresas y a su vez buscan organizaciones más responsables en sus actividades.
Este nuevo modelo para las empresas permite no solo mejorar su gestión interna, sino que permite generar beneficios mayores para la sociedad. Es importante tener en cuenta que a pesar de que este tipo de empresas puede generar ganancias de capital en el proceso de regeneración de los ecosistemas, la mayoría de este capital es reinvertido en resiliencia ambiental, social y cultural a largo plazo.
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Hasta que no se desafíen las creencias fundamentales, no va a ser posible crear organizaciones que sean substancialmente más capaces de las que tenemos hoy en día. Por lo que la gestión misma debe cambiar. Pasar de una visión de optimización hacia la vitalización, de una transformación periódica hacia la constante regeneración y de la preservación de la estabilidad hacia la destrucción creativa interna.
Se necesita primero entender a las empresas junto con la humanidad y las actividades que la componen, y este entendimiento debe ser desarrollado a partir de la creación de valor económico (la función principal de una compañía) y de aceptar el desafío que una organización debe de poder perdurar para siempre, si es que así lo desea. De este modo se deberá tener en cuenta los siguientes aspectos en cuanto a la gestión:
Humanidad:
¿Quién crea valor para la empresa? (Potencial – satisfacer las necesidades de los empleados)
¿Por qué las personas se reúnen para crear valor dentro de la empresa? (Sentido – infundir un propósito compartido)
Actividades:
¿En dónde crea valor la empresa? (Creatividad – desarrollo de innovación)
¿Como crea valor la empresa? (Aprendizaje – explorar, explotar y orquestrar; generar conocimiento para crear nuevo valor)
¿Qué valor crea la empresa? (Humanidad – enriquecer la humanidad por medio del conocimiento de las actividades del negocio)
¿Cuándo crea valor la empresa? (Vitalidad – constante recreación destructiva)
Empresa:
¿De qué manera estos aspectos colectivamente crean valor? (coherencia – orquestación continua).
Lo anterior colectivamente embarca al liderazgo, la gestión y la gobernanza. Adoptar estos cuestionamientos y las practicas que las componen permite producir una empresa regenerativa, una empresa que de forma destructiva se recrea a si misma por medio de la destrucción creativa de su ecosistema.
El capital financiero sigue siendo la moneda global dominante. La búsqueda continua de ganancias solo de capital financiero perpetúa la extracción altamente destructiva de valor de los capitales vivos y culturales. Por eso, las empresas deben imitar los sistemas naturales, diseñando y operando ecosistemas empresariales regenerativos que se integren y optimicen para múltiples formas de capital como una red completa. Entre las diferentes formas de capital se encuentran; el social, el material, el vivo, el intelectual, el experiencial, el espiritual, el cultural y el ya mencionado capital financiero.
Para que las ganancias de capital financiero se generen y reinviertan en el futuro, una empresa debe cuidar activa y continuamente las múltiples formas interconectadas de capital que forman la base en donde crecen las empresas.
Finalmente, para poder alcanzar estos objetivos, se debe percibir la empresa como un todo con el contexto en el que se encuentra. Teniendo en cuenta como primera medida las entradas hacia la empresa. Es decir, el contexto tanto interno como externo, el contexto de negocio, y los recursos humanos y financieros con los que se cuenta. Bajo esta primicia, evaluar todos los procesos que tenemos para entender cuales son las entradas y salidas y así incluirlas dentro del nuevo modelo de la economía circular. Tenemos que poder generar estrategias en la que el objetivo sea promover los cambios que permitan que la empresa se transforme en una empresa regenerativa. Cada vez son más las empresas que están desarrollando este modelo creyendo firmemente que hay una responsabilidad con el mundo, más allá de solo generar beneficios económicos, se puede al mismo tiempo reparar y revitalizar los aspectos ambientales, sociales, y la gestión interna de la misma compañía.
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