«La educación a distancia, permite al cursante el desarrollo de capacidades intelectuales, volitivas, reflexivas, siendo necesario que él mismo se responsabilice de su aprendizaje de manera autónoma, autogestionando su propio proceso.»
Tal vez el año que pasó, fue el ciclo del auge de la educación a distancia en la corta vida de esta modalidad. Pero ¿Qué ocurrió con quienes jugaron y perdieron de todos modos? ¿Qué pudo haber sucedido con aquellos que apostaron al uso de técnicas, métodos, medios y estrategias para poder enseñar y aprender, separados pero relacionados a través del ordenador?
La educación a distancia, permite al cursante el desarrollo de capacidades intelectuales, volitivas, reflexivas, siendo necesario que él mismo se responsabilice de su aprendizaje de manera autónoma, autogestionando su propio proceso, dentro de la flexibilidad que imprimen los intereses y necesidades de cada estudiante. Por otra parte, el profesor, más allá de sus tradicionales capacidades docentes, debe sumar los recursos didácticos digitales, siendo el mentor del alumno en nuevos caminos de aprendizaje.
Si bien, entre otras bondades de esta modalidad, el material de estudio de cada curso se publica en las plataformas seleccionadas y también puede interactuar con los responsables del proceso de enseñanza / aprendizaje, muchas veces no es suficiente para tentar y mantener a los alumnos, ni para satisfacer a los docentes sosteniéndose en su esfuerzo y dedicación. Algunos plantean que la mayor desventaja para el éxito esperado fue no adaptarse a las aulas virtuales tanto para el uso de los contenidos, como para interactuar con compañeros y profesores, otros difieren y exponen distintos motivos del fracaso.
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Si hemos pensado y evaluado positivamente nuestra plataforma como verdadera generadora de una comunidad que invite a estar y a compartir, liderar está en manos de quien imparte el curso, no sólo con contenidos pertinentes e interesantes, también mediante la implementación de metodologías adecuadas y novedosas que hagan efectiva la manera de comunicar los conocimientos.
El uso de idénticas prácticas de la presencialidad en la virtualidad, no asegura que todos los estudiantes tengan las mismas posibilidades de estar disponibles y conectados. Generar clases magistrales o utilizar los mismos horarios de cursado para realizar actividades en el aula virtual, no es aconsejable como una estrategia que produzca resultados positivos. Sin embargo, explotar al máximo las herramientas asincrónicas, que están disponibles siempre, aprovechando la ubicuidad como una manera de expandir el aula virtual, posibilitará la implicancia del alumno en el proceso. De esta manera también generarían autonomía en el trabajo y motivarían el desarrollo de los objetivos planteados en las clases, alcanzando características relevantes del liderazgo virtual como docentes.
Si bien no muchos estaban preparados para encarar procesos de enseñanza / aprendizaje virtuales, apostaron a mejorarse adquiriendo herramientas didácticas que como profesionales de una determinada asignatura no habían incorporado. Otros, optaron por entrenar su cerebro a través de herramientas del neuromanagement. Formarnos en la docencia es imprescindible para comunicar y compartir los conocimientos en un proceso de cambios permanentes obligándonos, como profesionales comprometidos, a responder a las demandas de las futuras generaciones.
Quienes optaron por el neuromanagement aceptaron el desafío, incorporando un conjunto de prácticas diseñadas por especialistas, permitiendo una verdadera transformación, que mejoró sus capacidades de autoliderazgo adquiriendo mayor agilidad mental al optimizar procesos en el desarrollo de la creatividad, la capacidad para la toma de decisiones, la planificación y el desarrollo de relaciones interpersonales más efectivas, tanto con pares y superiores como con los miembros de los equipos que lideran. La propuesta los condujo a adquirir herramientas de formación diferenciada, perfeccionar su desempeño y trasladarlo a sus estudiantes, mejorando la posibilidad de compartir saberes. Promover instancias de capacitación complejas de la mano de profesionales así perfeccionados, nos permitirán ser exitosos no sólo hoy, sino también, mañana.
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