«Tener un gobierno corporativo sólido y en mejora continua no solo no pasa de moda, sino sigue siendo un aspecto que marca la diferencia entre una empresa confiable y exitosa con una que cae en una espiral de desconfianza, lentitud y pobre innovación.»
En las últimas décadas ha existido una tendencia al reformismo para perfeccionar las prácticas de manejo en las diferentes áreas de una compañía, apuntando a tener organizaciones más rápidas, más flexibles y menos burocráticas. En esta línea, existen empresarios que le han restado importancia al gobierno corporativo, con las miras de darle un aire menos burocrático a las organizaciones, resultado: todo lo contrario. Tener un gobierno corporativo robusto que le de confianza a los accionistas y a toda la organización es de vital importancia, teniendo en cuenta que el gobierno corporativo son los principios y procedimientos que se acuerdan para regular su funcionamiento; sin estas, cualquier empresa está condenada al fracaso.
En los últimos años han existido emprendimientos con futuros brillantes en etapas de crecimiento, que por no darle la importancia suficiente a incorporar sistemas de gobierno corporativos sólidos, sus negocios no han logrado salir adelante. Desde su concepción, una empresa debe construir y mejorar constantemente un gobierno corporativo y este siempre debe tener en cuenta los siguientes aspectos fundamentales para implementarlo:
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Alinear el gobierno corporativo con la estrategia de la compañía:
Establecer reglas y procedimientos que ayuden a desarrollar la estrategia y cumplir las metas de cada año. Independiente de la estrategia actual de la compañía (p. ej. entrar en grandes superficies, comprar una nueva planta, aumentar productividad, exportar, innovar con nuevos productos, etc.), tener unos procedimientos y reglas claras, es una excelente manera de generar ideas y evitar problemas. Por ejemplo, en una empresa que esté centrada en la innovación en nuevos productos, el gobierno corporativo puede ayudar a crear comités, equipos o procedimientos que ayuden a mejorar los tiempos de llegada al mercado, crear ideas con mayor alcance y disminuir considerablemente los riesgos. Este ejemplo aplica para cualquier estrategia en cualquier industria.
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Generar compromiso y responsabilidad de parte de toda la empresa:
Un gobierno corporativo sólido es el que tiene metas claras basadas en valor para los accionistas, establecer hitos para lograr estas metas por área y definir responsables en cada hito. Esto sin duda, es uno de los componentes que genera mayor valor en una organización, ya que, si se hace de la manera correcta, genera un ecosistema de ejecución que es fundamental para cumplir con los planes de negocios.
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Generar transparencia con todas las áreas de la compañía y sus accionistas:
Hoy en día, dos de las grandes labores de un equipo directivo son, por un lado, generar confianza y transparencia hacia sus accionistas y, por el otro lado, lograr que todos los colaboradores se sientan en una organización donde hay plena comunicación y confianza. Es por esto, que contar con procesos de gobierno corporativo tanto de rendición de cuentas a la junta directiva y accionistas como de comunicación constante con toda la organización, genera un ambiente de mayor felicidad en el trabajo, mayor compromiso y productividad. Este aspecto es importante también para los procesos de levantamiento de capital, los inversionistas quieren compañías organizadas que muestren transparencia plena.
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Alinear intereses de todos los empleados con su administración y sus accionistas:
Las empresas en cualquier etapa que cuenten con un gobierno corporativo sólido, pueden fácilmente adaptar sus metas a un plan de compensación, por lo menos, para los tomadores de decisiones clave. El resultado de un gobierno corporativo robusto con un plan de compensación tiene un gran impacto en la creación de valor de las compañías a sus accionistas.
Tener un gobierno corporativo sólido y en mejora continua no solo no pasa de moda, sino sigue siendo un aspecto que marca la diferencia entre una empresa confiable y exitosa con una que cae en una espiral de desconfianza, lentitud y pobre innovación. Tener una empresa sin gobierno corporativo, es como estar en un matrimonio sin reglas, generaría problemas graves que pueden desgastar cualquier organización: creando discordias en la administración, desconfianza por parte de los accionistas, percepción de liderazgo pobre de parte de los colaboradores.
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