El sector de la construcción es retador, tiene un alto impacto en el país y no siempre se comporta como queremos. En este artículo, comentaremos sólo sobre el subsector de edificaciones y no sobre el subsector de infraestructura. Pero empezaremos explicando que el subsector de edificaciones incluye todo lo relacionado con la construcción de vivienda nueva y los diferentes de vivienda (edificios institucionales, religiosos, hoteles, oficinas, hospitales, comercio, bodegas, etc. etc).
El año pasado, el crecimiento del PIB para el subsector no fue un año bueno pues cayo cerca de un 7%. Sin embargo, hay otros indicadores que mostraron un mejor comportamiento. Por ejemplo, las ventas de vivienda nueva fueron 190.000 unidades con un crecimiento del 4%, jalonadas en buena parte por las ventas de la vivienda de interés social, que fueron 120.000 viviendas con un crecimiento del 17%. Este comportamiento también se refleja en un indicador llamado lanzamientos, que corresponde al número de viviendas que se “lanzan” a ventas el cual creció en un 10% con cerca de 180.000 viviendas. No pasó lo mismo con las viviendas terminadas por vender que tuvieron un incremento en el rango medio llegando a 6.500 viviendas.
¿Y qué pasa en destinos no residenciales? Los mt-2 de área iniciada fueron unos 4.500.000 que es una cifra importante, pero que comparada con respecto al año 2016 significa una reducción de 1.500.000 de mt-2 menos. El uso institucional y el uso de comercio y hoteles siguen teniendo la mayor participación con 3.000.000 de mt-2 y la de menor área iniciada son las oficinas con 370.000 mt-2.
Para el año 2020 se espera una mejora leve, en el comportamiento del PIB de edificaciones, porque deja de crecer negativamente y llegaría a un crecimiento del 0.2% al 0.5%; un crecimiento todavía lejano de lo deseable pero con tendencia positiva. Se espera que las viviendas nuevas vendidas ronden las 200.000 viviendas, con una participación importante en la vivienda de interés social y una recuperación en el segmento de rango medio.
Aunque las tasas de interés están bajas con respecto a años anteriores y el incremento de los precios de la vivienda se ha disminuido, variables que favorecen la compra de vivienda, existen retos por superar como son la recuperación de la confianza en el consumidor y el comportamiento del empleo en el país. Los factores recientes que pueden afectar los negocios tendrán su influencia, pero no deben convertirse en excusa para que los constructores hagamos un esfuerzo mayor en ser creativos para responder a estas nuevas situaciones. De todas maneras, evaluadas las diferentes variables, hoy es un buen momento para comprar vivienda, con una posibilidad amplia de proyectos en donde escoger. Comprar vivienda siempre ha sido un sueño y se convierte en un patrimonio que da estabilidad al grupo familiar.
Paralelamente a que la construcción de edificaciones seguirá siendo una gran generadora de empleo para la población más vulnerable, el sector viene trabajando cada vez mejor en los temas de sostenibilidad ambiental y responsabilidad social. Son temas que con más frecuencia están involucradas en los diferentes productos que se ofrecen. Ejemplo concreto es que el número de proyectos certificados en EDGE (Excellent in Design for Greater Efficiencies) se ha incrementado significativamente. Esto trae beneficios tangibles para los compradores de vivienda y para las mismas copropiedades en ahorros en el consumo de energía y agua, menor impacto en la huella de carbono y menor generación de escombros no reciclados.
Son muchos los temas para tratar de un sector tan apasionante, retador y gratificante como el de la construcción, pero espero que estas líneas aporten a su conocimiento y desarrollo personal.
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Leyendo este artículo con retrospectiva, se puede apreciar cuál hubiese sido la tendencia del sector de la construcción si no hubiese tenido cabida la pandemia. Interesante cuanto menos poder analizarlo y compararlo con la realidad vivida a posteriori. Un saludo.