La evolución del sistema general de riesgos laborales conlleva una serie de beneficios sociales y económicos de gran importancia para el País. Su desarrollo implicó la migración de la responsabilidad del empleador por los accidentes y enfermedades del trabajo hacia el establecimiento del seguro social obligatorio con la ley 90 de 1946. Con la ley 100 de 1993 y el decreto 1295 de 1994 se concretó una nueva transición: pasar de un modelo de operación monopólico del Estado a uno de competencia con la participación del sector privado para desarrollar actividades de prevención y proveer servicios de aseguramiento.
Impactos del SGRL
Los impactos del SGRL implementado a través de la Ley 100 de 1993 fueron clasificados en tres grandes grupos: aumentos en cobertura, disminución de siniestralidad y consolidación de información. Para el primero, el estudio evidenció que, desde la entrada en vigor de la Ley hasta el año 2001 se mantuvieron estables los afiliados, pero a partir de ese momento hasta el 2016, se pasó de cuatro millones de afiliados a casi diez millones.
Debe recordase que la estabilidad inicial se explica por la recesión económica producto de la crisis hipotecaria, e igualmente, por el periodo de ajuste del SGRL.
Con el propósito de conocer el impacto del nuevo SGRL sobre la afiliación, se llevó a cabo un ejercicio de modelación de la cobertura respecto al comportamiento de la economía nacional y, por consiguiente, de la población económicamente activa. La conclusión más importante consiste en que si no se hubiera expedido la Ley 100 de 1993, 2,6 millones de trabajadores no hubieran estado protegidos contra riesgos laborales a 2016.
Un componente clave del SGRL es su relación con la prevención y promoción de los accidentes y enfermedades laborales. A pesar de que, por ley, el porcentaje de las cotizaciones que debe destinarse a ese rubro es del 14,2%, la inversión de las ARL en este rubro ha alcanzado el 23,2%, es decir, 9 puntos más que el mínimo legalmente exigido. Adicionalmente, han aumentado en 16,2% los montos destinados a la atención de los siniestros, mejorando así la calidad en la atención ofrecida a los trabajadores.
En cuanto a la siniestralidad, el impacto del SGRL se ve reflejado en las tasas de mortalidad laboral, para el periodo 2010-2016 se redujo de diez muertes por cada cien mil trabajadores afiliados a seis. Es decir, producto de la promoción y prevención, el sistema evitó la muerte de 1.540 trabajadores entre los años 2011 y 2016.
A su vez, gracias al impacto de la prevención, en los últimos cinco años se ha reducido casi a la mitad la probabilidad de tener una incapacidad laboral en la población afiliada y el 26% de esa reducción es atribuible al SGRL. Por ende, el sistema ha tenido como impacto la disminución de 6,9 días al año de incapacidad por trabajador a 5,6 días.
Por último, gracias al esfuerzo del Estado y las ARL por consolidar una base de información confiable, se logró hacer el tránsito del subregistro a bases detalladas de cobertura y siniestralidad. De esta manera, se dispone de más y mejores herramientas para el diseño, seguimiento y evaluación de la política pública.
Valoración de impactos del SGRL
A partir de los impactos identificados, se estimó que el Estado ahorró $688 mil millones en 2016 por concepto del aumento en cobertura del SGRL implementado con la Ley 100 de 1993. Durante periodos de incapacidad, los trabajadores que no se encuentran afiliados deben ser atendidos por el Sistema de Salud y, por lo tanto, debe asumir el pago de dos terceras partes de su salario. Desde la perspectiva de los trabajadores, los impactos se valoran en $142 mil millones adicionales pues reciben la totalidad de su salario en caso de incapacitarse, mientras que el Sistema de Salud les reconoce dos terceras partes.
“El SGRL ha contribuido a la reducción de las tasas de accidentalidad laboral, reflejándose en una mayor disponibilidad de la mano de obra”
En cuanto a los beneficios en productividad, el SGRL ha contribuido a la reducción de las tasas de accidentalidad laboral, reflejándose en una mayor disponibilidad de la mano de obra. Sin el esquema actual del SGRL, las empresas hubieran tenido que afrontar 2,2 millones de días de incapacidad, en lugar, de los 1,6 millones registrados, lo cual es valorado en $14 mil millones de pesos anuales.
En conclusión, el desarrollo evolutivo del sistema de riesgos laborales es considerable y reporta grandes beneficios en materia de productividad, cobertura y protección a empleadores y trabajadores.
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