Por: Marcela Arenas – Sandra Mateus
Coaches ICF capítulo Colombia
El coaching ejecutivo y empresarial es una herramienta indispensable para asumir los nuevos retos laborales y económicos que se presentan en el mundo
Según el último Estudio Mundial sobre Clientes de Coaching, publicado en 2016 y actualizado en 2019, de la International Coaching Federation, ICF, la mayor asociación de coaching en el mundo, “las empresas que usan o han usado el coaching profesional por razones de negocios, han experimentado un rendimiento medio sobre la inversión equivalente a siete veces el costo inicial y han logrado además importantes transformaciones positivas tanto a nivel individual como organizacional”.
De acuerdo con este informe, el cual se puede consultar en www.coachingfederation.org, ante los nuevos retos laborales y económicos que se presentan en el mundo, el coaching ejecutivo y empresarial es una herramienta indispensable para asumirlos, entendida esta disciplina como un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que inspira a maximizar el potencial personal y profesional del cliente.
Y para que tenga los resultados esperados hay varios aspectos que las organizaciones deben tener en cuenta. El primero de ellos es que el proceso sea llevado a cabo por un coach profesional, lo cual se convierte en una invitación para que verifiquen la formación de quién está ofreciendo estos servicios, tiempo de ejercicio como coach y si es posible, que tenga credenciales de alguna asociación reconocida.
En Colombia están representadas varias como ICF – International Coaching Federation; ACCOP – Asociación Colombiana de Coaching Ontológico Profesional–; -ASESCO – Asociación Española de Coaching- y AECOP –
Asociación Española de Coaching Ejecutivo-. El tiempo de ejercicio en coaching se mide por “horas de vuelo” o sesiones de coaching de una hora de duración y van desde 100 o 150 con las cuales sale en promedio un egresado de un programa de coaching serio y formal, hasta más de 2.500 horas que identifican a profesionales acreditados como Master Coach.
El segundo aspecto es la responsabilidad del cliente en su propio desarrollo, porque precisamente por ser una asociación entre coach y cliente, este último debe comprometerse con el proceso, lo cual significa estar dispuesto a incorporar aquello a lo cual se ha comprometido en el proceso -comportamientos, actitudes o hábitos- y así generar el cambio que le llevara a tener mejores resultados.
“El coach es el puente, el que indaga, el que provoca, pero el cliente siempre tendrá el timón del barco.”
El tercer aspecto es no perder de vista que la finalidad de un proceso de coaching ya sea individual o de equipo, es generar consciencia y acción. Por eso se parte incluso de resignificar creencias para así poder establecer soluciones o propuestas que antes no se visualizaban, las cuales deben aterrizar en un plan de acción viable, que los lleve a alcanzar sus objetivos o metas. Dichas acciones al ser planteadas directamente por el cliente llevan consigo una mayor carga de compromiso en su ejecución.
¿Cuándo aplican los diferentes tipos de coaching?
Si bien hoy en día se habla de múltiples aplicaciones del coaching, en general todas ellas están enmarcadas en tres clases:
Coaching personal o life coaching, que hace referencia al abordaje de situaciones que se le presentan a las personas en su vida diaria: cambio de hábitos, construcción de proyecto de vida, toma de decisiones importantes, etc. Aquí es fundamental tener presente que coaching no es terapia, consultoría, asesoría, meditación, etc.
Coaching ejecutivo que está enfocado a los directivos de la organización, en un trabajo individual que les permite desarrollar competencias exigidas en sus roles de liderazgo, por ejemplo, cuando hay ascensos, cambios de cargo, cambios de funciones, fortalecimiento de liderazgo, desarrollo de habilidades de relacionamiento y gestión, etc.
“Hablar de coaching es hablar de resultados.”
Coaching de equipos, el cual va dirigido a un grupo de personas de una organización como directivos, miembros de un área específica, mandos medios, equipo de un proyecto específico, y busca generar acortar brechas que se encuentran presentes el desempeño como equipo, ejemplo de ello es cuando está fallando la coordinación, comunicación, alineamiento con su misión y/o visión, etc.
Hablar de coaching es hablar de resultados. Y para ello se atraviesa un camino -proceso- que lleva a la persona o a una organización completa a poner bajo la lupa las creencias, conversaciones, comportamientos e incluso paradigmas en su cultura, que sostienen espacios de inefectividad en procesos o relaciones. El coach es el puente, el que indaga, el que provoca, pero el cliente siempre tendrá el timón del barco.
Si una empresa quiere ampliar información puede dirigirse a cualquiera de las siguientes asociaciones.
ICF www.icfcolombia.com
ACCOP www.accop.org
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