Apenas comenzaba el año cuando empezamos a oír sobre los primeros signos de lo que semanas después se convirtió en una pandemia ocasionada por un extraño virus llamado COVID-19, aún no logramos entenderlo completamente, y posiblemente llegaremos pronto a controlarlo por medio de las vacunas que parecen empezar a dar resultados en su fase final de pruebas. Seguro de Crédito
Este virus que nos mantuvo en confinamiento obligatorio por más de 150 días, medida necesaria para evitar el colapso del sistema de salud y salvar la mayor cantidad de vidas posibles, también obligó a parar la economía que en términos generales venía funcionando bien, y específicamente Colombia era una de las economías de mejor desempeño en años recientes, no sólo en la región sino dentro del grupo de economías emergentes.
Vimos como a finales de Marzo en la gran mayoría de sectores económicos las empresas debieron enviar a sus empleados a casa, muchas apagaron sus plantas de producción y fue el inicio de una coyuntura económica sin precedentes, de la cual estamos empezando a ver las consecuencias reflejadas en algunos indicadores: tasa de desempleo superior al 20%, crecimiento negativo del 15.7% del PIB en el segundo trimestre del año, retrasos en la cadena de suministros, y deterioro en los comportamientos de pagos a proveedores, lo cual ha puesto en jaque la liquidez y por consiguiente la viabilidad de muchas empresas, independientemente de su sector de actividad. Según cifras comunicadas en días recientes por el Superintendente de Sociedades, desde inicio de la pandemia, se han recibido 420 solicitudes de admisión a insolvencia y tan solo en los primeros cinco días de agosto 60 de ellas; este número debe tender a subir a medida que los alivios financieros extendidos por los bancos terminen y las empresas deban atender sus compromisos financieros aun cuando no han logrado restablecer sus niveles de ventas pre-COVID. Seguro de Crédito
A diferencia de las crisis económicas normales en donde se empiezan a ver signos de desaceleración que permiten que las empresas implementen medidas de ajuste para afrontar la situación, esta nueva crisis no se vio venir, fue un riesgo emergente que ha puesto contra la pared a empresas sólidas que siempre habían sido consideradas como pagadores de muy bajo riesgo y cuyos proveedores les otorgaban sin mayor inconveniente cupos y plazos de crédito amplios sin ningún tipo de garantías, y al mismo tiempo, comercios y empresas pequeñas a las cuales también sus proveedores les otorgaban cupos de crédito con previo estudio y en algunos casos con garantías que pudieran hacer efectivas en el momento que dejaran de pagar. Seguro de Crédito
En cuanto a gestión de crédito en las empresas, es innegable que se ha avanzado mucho, recuerdo en los inicios de mi carrera profesional que varios de los clientes que yo atendía en el segmento de Banca Empresarial, otorgaban crédito a sus clientes basados en la amistad y confianza que se tuviera, o en el tamaño del local donde funcionaban, rara vez veían sus estados financieros y era una ofensa pedirlos. Sin embargo, con la llegada de multinacionales se fueron adoptando prácticas muy profesionales de análisis, seguimiento y gestión, que, a diferencia de otros países, en Colombia es posible gracias a la disponibilidad de información financiera de empresas y a herramientas de valor en la gestión de crédito. No obstante, “siempre hay una probalidad de impago” mayor o menor, según lo riguroso del proceso de análisis de crédito, la solidez financiera del deudor o como lo estamos experimentando muy claramente hoy, según los riesgos emergentes, que son riesgos que nadie controla y no sabemos cuándo ni cómo se presenten.
Todo esto me lleva a concluir que después de esta pandemia, la gestión de crédito en las empresas tiene que ser diferente, no podemos ser los mismos, hay que incorporar herramientas más sofisticadas que permitan hacer transferencia del riesgo de contraparte, y encuentro que el Seguro de Crédito (a pesar de existir hace más de 80 años es aún incipiente en América Latina a diferencia de Francia, Alemania o España en donde las empresas no venden sin tener contratada una póliza de Seguro de Crédito) resulta ser una de las mejores alternativas para minimizar las pérdidas ante impagos de las cuentas por cobrar, que son y seguirán siendo el principal activo de cualquier empresa, además de garantizar el flujo de caja, dado que la aseguradora indemniza el 90% del valor de las facturas impagadas. Adicional a esto, esta herramienta se encarga de realizar la gestión de cobro y seguimiento de la evolución de la situación financiera y del comportamiento de pagos de todos los clientes que el asegurado tiene amparado bajo la póliza. Seguro de Crédito
Indudablemente la coyuntura y el incremento de insolvencias e impagos nos ha afectado como Aseguradora de Crédito, sin embargo la solidez financiera así como el respaldo de nuestra matriz y reaseguradores, nos permite tangibilizar hoy mejor que nunca nuestra promesa de servicio indemnizando a nuestros asegurados por los impagos de sus facturas durante esta pandemia y consecuentemente cumplir con nuestro propósito como compañía que se puede sintetizar en el apoyo a nuestros clientes para construir negocios exitosos, potencializar su capacidad de venta para hacerlos más dinámicos, y así contribuir al desarrollo y crecimiento de la economía.
Creo firmemente que para salir pronto de esta coyuntura y estar mejor preparados en afrontar la siguiente desaceleración, crisis económica o pandemia, es necesario que cada quien se dedique a lo que mejor sabe hacer: las empresas a producir y vender, y las aseguradoras de crédito hacer posible esto por medio de la gestión profesional de sus cuentas por cobrar.
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