«No existen muchas opciones que permitan a los micronegocios obtener soluciones financieras formales, ya que para acceder a una tarjeta de crédito se necesita de un historial crediticio.»
Los micronegocios son el motor de la economía en Latinoamérica. En nuestra región según el BID Lab 9 de cada 10 negocios, son micronegocios y existe una brecha de financiación de más de 1 trillón de dólares. En el día a día estas cifras se traducen a que hacer crecer un negocio en América Latina sea muy difícil.
Los pequeños negocios tienen muchas barreras, algunas impuestas por falta de oportunidades en el sistema financiero y otras simplemente originadas por deducir qué sí “a pedrito mi vecino/amigo/familiar le negaron la oportunidad de crecer, entonces seguramente a mi también. Así qué, ¿para qué intentarlo?” O peor aún, el pensamiento colectivo de “todas estas entidades son iguales, me pueden estafar, o seguramente acceder a un beneficio debe ser muy difícil y lleva mucho tiempo”. Estoy segura que si nos ponemos a enumerarlas se nos va todo el artículo en ello. Ahora con esto llega la pregunta,
Le puede interesar: El Rol de los Medios de Pago como Motores de Inclusión
¿Cómo lograr romper esas barreras?
La respuesta es sencilla, pensando en soluciones disruptivas que usen la tecnología a favor de los emprendedores. Tenemos que desarrollar nuevas maneras de evaluar el riesgo, que contemplen las características propias de emprender desde los territorios. Lo complejo es encontrar a una entidad que las ofrezca y considero esa la barrera más grande de todas.
No existen muchas opciones que permitan a los micronegocios obtener soluciones financieras formales, ya que para acceder a una tarjeta de crédito se necesita de un historial crediticio, pero a la vez, se necesita de una tarjeta de crédito para construir un historial crediticio. Esto nos lleva a un final desafortunado, donde en ciudades como Bogotá, 9 de cada 10 vendedores que están en la informalidad acuden a un ‘gota a gota’ o ‘paga diario’ para poder asegurar los recursos que impulsan sus negocios. Este tipo de ‘soluciones rápidas’ pueden volverse en un evento trágico y desafortunado, ya que las tasas de interés suelen ser tan altas, que los emprendedores se ven apurados para pagarlas y en muchos casos su vida y la de sus familias terminan puestas en riesgo.
Según la encuesta de Micronegocios – EMICRON del DANE se estima que en Colombia hay más de 5 millones de micronegocios y solo el 9% accede a crédito formal. Existe una oportunidad gigante para que surjan nuevos actores que con tecnología e innovación puedan brindar la posibilidad de crecer negocios de forma responsable. Y más allá de mirar los beneficios que esto pueda traerles a nivel empresarial, apelar por el crecimiento de la economía del país y el aporte magno que puedan dar a que cada una de estas personas, que diariamente están luchando por sus objetivos y familia, sigan creando ese espíritu emprendedor que seguro los llevará a cumplir con todos sus objetivos. Al final de cuentas, la solución no está en querer ser mejor que otros, si no ayudarnos entre todos a crecer.
Lea también: Libranza Inclusiva: Una Oportunidad de Generar Bienestar