«La construcción de marcas emocionales hace hoy la diferencia en un mercado saturado como el nuestro.»
Cuando hablamos de construcción estratégica de marcas, hablamos de varios pilares que tocan a toda la compañía y debe alcanzar 4 objetivos: Construir reconocimiento, generar confianza, desarrollar lealtad y proveer significado a sus clientes.
Es importante tener en cuenta 4 dimensiones: La marca como producto, como organización, como persona, y símbolo. En la primera definimos nuestro alcance o lo que ofrecemos, en la segunda hablamos de nuestros valores, principios y todo lo que nos define como compañía; cuando hablamos de persona, describimos nuestra personalidad y nuestro comportamiento y actitud, y en símbolo nos presentamos visual y sensorialmente (Hoy las marcas no solo hablan a través de su logo símbolo, también podemos sentirlas, tocarlas y hasta olerlas).
Sin embargo, es importante saber que también las marcas se construyen desde la cabeza de la organización hasta la última línea de frente. La forma en que contestamos el teléfono, un correo, en cómo nos relacionamos con nuestros clientes y compañeros, los tiempos que nos demoramos presentando una oferta, absolutamente todo suma en el entendimiento de la misma. Por ende, a la hora de construir marcas, además de pensar hacia afuera, es muy relevante pensar en cada una de las personas que hacen parte de la compañía. Todas juegan un papel muy importante en cómo contamos la historia y si ésta es bien recibida o no.
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Ahora bien, las marcas cada vez tienen un reto más grande para llegar a su público. Se enfrentan a una oferta de productos y servicios cada vez mayor, la dinámica y el afán en el que vivimos hace que nos debamos esforzar en comunicar mejor y más simple nuestro mensaje, y en nuestra «nueva realidad» donde la manera de trabajar, vivir y de relacionarnos cambió, las marcas han tenido que empezar a estar más presentes en la virtualidad.
Un buen servicio al cliente y que se cumpla con un mínimo estándar de calidad es lo que todos los clientes esperan de nosotros siempre. Y es aquí donde nuestra relación emocional debe primar y ser relevante. La construcción de marcas emocionales hace hoy la diferencia en un mercado saturado como el nuestro. Esto lo logramos primero viendo a nuestros clientes como personas que viven y sueñan, es más fácil hablarle a un amigo que a un desconocido. Debemos dejar de pensar en el producto y construir más experiencias. En cada acción, generar confianza. Definir una personalidad clara que nos identifique con nuestro público. Es importante escuchar para poder dialogar, y más que servicio, trabajar para crear una relación cercana con nuestros clientes.
Creo definitivamente que la construcción estratégica de marcas es un reto absolutamente emocional con todos los que nos rodean. Más corazón y felicidad que nos permitan disfrutar el viaje, y generar vínculos estrechos en nuestro mercado.
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