«El e-learning agile consiste en detectar una necesidad formativa, y tener las herramientas adecuadas para que esa misma semana, por ejemplo, tengas a todo tu equipo aprendiendo esas nuevas habilidades.»
1. Metodología agile
En el año 2001 una serie de informáticos cansados de cometer siempre los mismos errores a la hora de programar software, firmaron lo que se conoce el Manifiesto Ágil. Texto revolucionario para la época donde explicaba una nueva metodología para el desarrollo del software. Se trata de trocear cada proyecto en objetivos o tareas asumibles en pocos días, no con la aspiración de conseguir un producto final, sino de crear un “producto mínimo viable” (MVP) al que se le implementan mejoras mediante rondas de trabajo. Lo característico de este tipo de metodologías es organizar el trabajo de forma visual a partir de una lista de tareas y un equipo multidisciplinar en el que las jerarquías se diluyen.
Este sistema de trabajo revolucionó el mundo del desarrollo software. A partir de aquí surgieron nuevas metodologías como Scrum, Lean, Kanban o Design Thinking, convertidas ahora en un estándar en el mundo de la programación.
Algo similar está ocurriendo en la formación en la empresa. El mundo cambia demasiado rápido y quedarse atrasado respecto a tus competidores puede sacarte del mercado. Sin embargo, muchos departamentos de formación y de RRHH siguen haciendo planes formativos a 6 y 12 meses. Se detectan una serie de necesidades, se informa al responsable correspondiente, se prepara un plan de formación, y con suerte a los 6 meses se pone en marcha.
Lo que no cabe duda es que la llegada de la pandemia ha acelerado determinados procesos que ya estaban siendo tendencia en los últimos años. Por un lado, todo lo que afecta al cambio en el mundo laboral, con la flexibilización de los horarios y los modelos híbridos de trabajo; y por otro, ha reforzado la necesidad de estar preparados para la digitalización, pues después de esta situación no va a quedar nadie que no crea que todo pasa por digital, por simplificar sus procesos y hacerlos accesibles desde cualquier momento y lugar.
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2. E-learning agile
Según un informe de eLearning Industry, a pesar de que el 61% de las organizaciones perciben 3 ó más cambios importantes en el sector cada año, solo el 17% de ellas gestionan estos cambios correctamente. En este contexto no podemos seguir formándonos como lo hemos hecho siempre. El aprendizaje tradicional debe convivir con un nuevo tipo de formación express. Necesitamos otra manera de aprender mucho más rápida y mucho más económica, porque la única forma de poder hacer frente a los objetivos empresariales y a la competencia es estar un paso por delante.
El e-learning agile consiste en detectar una necesidad formativa, y tener las herramientas adecuadas para que esa misma semana, por ejemplo, tengas a todo tu equipo aprendiendo esas nuevas habilidades. Y además, que esa formación sea suficientemente flexible como para que evolucione en el momento para adaptarse correctamente a esas necesidades.
3. Innovación en el aprendizaje jurídico
Aprender Derecho puede llegar a ser divertido y accesible a todas las profesiones. Esta innovación pasa por aplicar la metodología ágil al proceso formativo online de estudiar leyes, logrando que sea una experiencia de aprendizaje única y relevante para que el destinatario esté motivado y dispuesto a seguir formándose.
Lograremos ese objetivo si combinamos la técnica learning by doing, creando el ecosistema perfecto para centrarnos en la vida profesional dentro de un contexto real y concreto: estudio del problema, normativa aplicable, análisis crítico y resolución. Los aciertos y los errores son la base de esta técnica de aprendizaje que encuentra en la experimentación un camino para descubrir, en cada caso, qué elementos funcionan y cuáles no.
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