Ya en esta nueva normalidad, el entorno nos lleva a ajustarnos y acomodarnos a los acontecimientos. Y ¿cuáles son los mismos? ¿Cambios Climáticos, guerras, volatilidad de los commodities, pandemias, que los países desarrollados ya no son tan estables, nuestra propia situación política? Quizás uno de ellos o varios. Entonces es ahí cuando pienso…¿Qué necesita realmente mi organización? ¿Qué enfoque sería mejor darle?
Cada una evaluará pros y contras. Ahora, ¿Cuáles son estos pro y cuáles los contra? Simplemente no hay unos ni otros. Lo que se ajusta a mi empresa es distinto a lo que requiere, incluso, mi competidor. Lo que sí podemos garantizar es que todos queremos trabajar, empresarios para hacer crecer sus compañías y empleados para hacer crecer sus anhelos.
El encargado hoy debe partir por esta idea, los empleados sí quieren estabilidad trabajo y respeto. ¿Importa si es híbrido, remoto o presencial? ¿O importa más la motivación hacia ellos y las buenas prácticas? Cada uno que reflexione.
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El colaborador debe partir de la premisa, que el dueño quiere y necesita productividad y eficiencia en un entorno tan competitivo, cada idea, energía y apoyo que el mismo pueda brindar y con certeza él mismo crecerá en esa organización, porque ellas buscan compromiso, actitud.
El empresario debe mantener un buen trato con el del colaborador, pagar a tiempo planillas e impuestos. Ambos deben cumplir con los horarios pactados y con realizar las funciones solicitadas y mantener una relación de respeto.
La comunicación, hoy juega un rol clave para que este dúo sea exitoso, no podemos suponer, si algo ocurre, en una u otra dirección, mejor será comunicarlo.
¿Se necesita realmente la estabilidad? Sí en ambos casos, si un trabajador la siente, estará comprometido y su rendimiento será superior. Si el jefe ve el compromiso y actitud de los colaboradores, sentirá ganas de continuar motivándolos.
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Confianza y acá viene la clave. ¿Tengo confianza en mi jefe? ¿En la empresa en la que laboro? ¿A veces siento que no confían en mi trabajo? ¿Tengo confianza en mi equipo? Si a ellos les pagamos puntualmente todos los meses, ¿será que ellos están cumpliendo realmente su trabajo?
En ambos casos, no debieran existir realmente esas dudas, porque la confianza es la base de una relación contractual. Ambas partes deben cumplir con lo estipulado en un contrato o lo acordado y si existe alguna diferencia siempre se tiene que conversar con respeto y apertura de mejora.
¿Tengo tiempo para dedicarle a mis colaboradores? Si pienso que no lo tengo estoy en un error, ellos necesitan de ese tiempo, la disciplina trae más disciplina, el orden más orden, pero también la indiferencia trae más indiferencia.
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¿Virtualidad, híbrido, remoto, presencial? Todos deberían funcionar de acuerdo al tipo de empresa ya sea nacional o extranjera y a su organigrama. Hoy es válido que cualquiera de las partes pueda elegir lo que se ajuste mejor a sus necesidades. Como colaborador puedo decidir cuál se ajusta mejor a mi entorno, y como empresario escoger cuáles quiero para mi organización.
¿Hay un sistema que sea mejor que el otro? No. Si elegí un sistema puedo ver cómo funciona y cambiarlo? Sí.
Como mencionaba más arriba, en todos los casos el respeto y actitud serán factores fundamentales para cualquier cambio que se pueda dar. No hay reglas de oro, sólo procedimientos, formas que seguir y acuerdos respetuosos.
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