«Crear eventos estratégicos integra la creación de una serie de tácticas basadas en la generación de experiencias positivas.»
En la vida real hacemos negocios con quién conocemos, con quien nos da confianza y nos cae bien. Bajo esta premisa es un reto para las compañías lograr, mediante la labor de sus equipos comerciales este tipo de conexión, cuando normalmente inicia en “frío” con la difícil labor de conseguir la tan anhelada primera cita, por supuesto, como parte de un exhaustivo ciclo de ventas que implica una serie de procesos, cambios en la demanda, seguimiento e incertidumbre.
La clave de los negocios está en vender sin vender, y en ello precisamente radican los eventos estratégicos, reemplazando un ciclo de venta por la creación de un momento de verdad, diseñado por expertos que logren crear la atmósfera perfecta para que se generen conexiones auténticas entre los participantes y de esta forma crear relaciones de valor.
El asistente a un evento es un cliente cautivo, es un cliente que decidió asistir, que se encuentra genuinamente interesado en una solución y que en términos neurocientíficos, solo está a la espera de una “señal emocional” para sentir la confianza que necesita en su toma de decisión.
¿Cómo crear eventos estratégicos?
Crear eventos estratégicos integra la creación de una serie de tácticas basadas en la generación de experiencias positivas. El desafío está en que cada uno de los momentos del evento contengan una serie de estímulos y un conjunto de interacciones que lleven a los asistentes a un estado de conexión sensorial que facilite el relacionamiento y de esta forma la consolidación y oportunidades de negocio.
¿De qué depende la generación de experiencias?
Definitivamente dependerá del grado de creatividad e innovación que se maneje en cada uno de los componentes del evento y esto integra no solo el “cómo” producir el evento, sino en lo que los Meeting Planner denominados los “dinamizadores”. Pero más allá, está algo que es definitivamente la esencia de todo y es el “qué” comunicar en el evento, puesto que este será el componente fundamental para crear un círculo virtuoso.
Por eso el proceso de diseño de un evento inicia con la creación del concepto, el cual tendrá que ser único, diferencial y en extremo ético para lograr realmente conectar de manera auténtica con los clientes; porque hoy más que nunca competir es una cuestión de relacionamiento y la única forma de crear una fuerte conexión que lleve al cierre de un negocio es sin duda “Sentir la seguridad de saber que estamos en buenas manos” desde el primer momento.
¿Estás de acuerdo que la gestión profesional en los eventos se traduce en relaciones de valor?