«Las Estrategias de Innovación pueden entenderse también como el esfuerzo de las empresas por sistematizar su relación con la innovación.»
Las estrategias de innovación son las diferentes formas que puede adoptar una empresa para abordar el proceso de innovación. Es decir, la forma en la que cada empresa se relaciona con el desarrollo de nuevos productos o servicios (innovación disruptiva), o la implementación de mejoras en los procesos que ayudan a incrementar la rentabilidad o, a agregar sofisticación a los procesos (innovación incremental). En cualquiera de los dos casos mencionados, en un proceso de innovación se deben poder detectar cuatro etapas generales:
- Identificación de necesidades, tanto internas de la empresa como de su entorno (clientes, grupos de interés y competencia).
- Investigación y diseño conceptual de posibles soluciones a las necesidades identificadas.
- Implementación de pilotos a escala o prototipos para evaluar el desempeño de las soluciones en condiciones controladas.
- Definición de estrategias de ajuste de las soluciones a las necesidades de los clientes (internos o externos).
Cabe resaltar que estas etapas no son necesariamente secuenciales y en general son iterativas, debido a que la innovación es un proceso natural de descubrimiento. Si bien la innovación se puede entender como un proceso con etapas definidas, no existe una fórmula general que garantice que al emprender un proceso de innovación se obtenga el resultado proyectado. Sin embargo, las estrategias de innovación bien utilizadas son una buena herramienta para que las empresas se acerquen a tener esa fórmula para el éxito.
Las Estrategias de Innovación pueden entenderse también como el esfuerzo de las empresas por sistematizar su relación con la innovación, aunque toda estrategia debe contener como mínimo las etapas mencionadas anteriormente, cada empresa deberá estructurar su propia estrategia de acuerdo a su identidad corporativa, y teniendo en cuenta las dinámicas internas de trabajo de todas las áreas de la organización.
Existen diferentes ejemplos de estrategias adoptadas por empresas altamente innovadoras de talla mundial como Microsoft y Google las cuales se enfocan en fortalecer sus capacidades de I+D internas, o como Samsung que se esfuerza porque sus innovaciones sean resultado de la co-creación con aliados externos, o como Apple que está migrando de una estrategia de outsourcing de innovaciones a fortalecer sus capacidades internas.
La innovación abierta permite, entre otras cosas, construir un panorama completo de necesidades y una visión amplia de posibles soluciones, pero puede ser más conveniente “cerrar el proceso de innovación” después de que se ha trazado la hoja de ruta de desarrollo. Una vez se inicia el proceso de diseño de ingeniería, se hace indispensable contar con una mirada objetiva sobre tiempos, costos, recursos clave, y capacidades y habilidades específicas, que sólo se pueden determinar desde la experiencia propia de la empresa.
Por esta razón es importante encontrar un balance entre los procesos de innovación abierta y los motores internos de innovación de cada organización. Un ejemplo de este balance es la estrategia de innovación in-house (desde adentro) la cual busca integrar sus capacidades a las de sus clientes, a la vez que se aprovechan los conocimientos de sus redes de trabajo con universidades y otros emprendimientos, y se transfiere conocimiento a los equipos de trabajo de las empresas.
Cindy Carmona, Directora de Operaciones de DeepCo afirma que: «todas las empresas se encuentran enfrentadas a concebir nuevas ideas que generen rentabilidad en su organización, a la vez que satisfacen las necesidades de sus usuarios. Pero esto no es un trabajo anual, semestral o bimestral, el innovar es un trabajo que debe incorporarse en el día a día de la organización, formar capacidades internas y contar con una red de aliados que permitan escalar de forma ágil y rápida los proyectos más prometedores».
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Para esto deben existir capacidades muy específicas en los equipos de trabajo que llevan a cabo los procesos de innovación. Así se pueden entregar soluciones que sean técnicamente robustas, pero a la vez que sean “a-prueba-de-futuro”, es decir, que permitan agregar características adicionales a la solución durante las etapas de ajuste de la solución al mercado. Este enfoque que prioriza las capacidades técnicas que aceleran el desarrollo tecnológico, es relevante a la hora de entregar de forma efectiva el beneficio a los clientes, y generar el retorno esperado para la empresa.
Un punto específico del proceso de desarrollo, que pone en evidencia la importancia de las capacidades técnicas es la definición de la cadena de suministro, para la cual es clave contar con conocimiento acerca de procesos de manufactura, materias primas, volúmenes, tiempos y costos de producción. Especialmente cuando se trata de la integración de nuevas tecnologías como las pertenecientes a la industria 4.0.
Es importante destacar que las tecnologías de la industria 4.0 como el Internet de las cosas, la inteligencia artificial, y la manufactura 3D por mencionar algunas, por si solas no son motores de innovación. Más bien son aceleradores de ésta, especialmente cuando se cuenta con las habilidades y el talento específico dentro del equipo de trabajo, necesario para aplicarlas adecuadamente.
Por lo anterior, lo más importante en el proceso de innovación, independientemente de la estrategia que aborde la compañía, es contar con el equipo de trabajo adecuado, que sea diverso pero que empatice con la necesidad alrededor de la cual se llevará a cabo la innovación tecnológica y que tenga el conocimiento suficiente para que las tecnologías se ajusten adecuadamente al mercado.
Por otro lado, es importante que las empresas adopten Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como motores de innovación. En Suiza, por ejemplo, hay una fuerte inclinación por apoyar los emprendimientos de base tecnológica que se enfocan en los ODS y que desarrollan modelos de negocio sostenibles en todas las dimensiones (ambiental, económico y social).
A nivel global, las empresas que quieren sumarse a innovar midiendo sus efectos sobre las metas de la agenda 2030, tienen la posibilidad de introducir los indicadores propuestos por la Global Reporting Initiative (GRI), los cuales apuntan a homogeneizar la forma en la que las empresas miden su sostenibilidad corporativa. En Colombia, empresas como Ecopetrol, Ocensa y Grupo Mineros SA incluyen estos indicadores dentro de sus reportes de sostenibilidad, donde adicionalmente, el Estado puso a disposición de las empresas una herramienta para reportar bajo este estándar
En términos generales, cada empresa adopta la innovación de acuerdo a su propia configuración corporativa, buscando que sus colaboradores o empleados se apropien de la cultura de la innovación. Esto representa retos para la definición de la estrategia como ¿qué tan fácil de entender es la estrategia para toda la organización?, y en el caso de las innovaciones tecnológicas que requieren de la integración de las tecnologías de la industria 4.0., la demanda de capacidades técnicas de alto nivel que estas implican.
Estos retos se evidencian en los resultados del ranking de innovación empresarial de la ANDI, donde las empresas expresaron que las mayores dificultades que enfrentan a la hora de innovar son precisamente la consolidación de la cultura innovadora y la falta de proveedores de tecnología en el país. Una forma de afrontar este último reto es adoptando estrategias de innovación que promuevan la co-creación, especialmente con empresas que cuentan con las capacidades y las redes de trabajo necesarias para desarrollar soluciones basadas en las tecnologías de la industria 4.0.
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