A finales de enero de este año el Ministerio de Salud y Protección Social formalizó mediante decreto el Plan Nacional de Vacunación (PNV) contra el COVID-19 con el objetivo de definir la población, criterios de priorización, fases, rutas para la aplicación de la vacuna, las responsabilidades de cada entidad y el pago de los costos de esta actividad.
Superar la pandemia en nuestro país supone, en primer término, adquirir una inmunidad de rebaño al alcanzar por lo menos una inmunización del 70% de la población que corresponde a 35,2 millones de colombianos vacunados, iniciando por la población de mayor riesgo, como las personas en edades superiores a los 60 años con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o cáncer, entre otras patologías, y el talento humano de salud y de apoyo a los servicios de salud. Este proceso se desarrollará de manera gradual según la entrega de las vacunas por parte de los laboratorios que las producen.
El desafío es de tal magnitud que requiere no solo conseguir 61,5 millones de dosis en un mercado altamente demandado a nivel mundial, sino una operación logística que coordine armónicamente aseguradores, prestadores de servicios de salud que van a vacunar, entidades territoriales, ministerios, el Fondo Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y la población. Al mismo tiempo, asegurar las coberturas útiles en las vacunas incluidas en el Programa Ampliado de Inmunizaciones para continuar protegiendo la infancia, las mujeres gestantes y adultos mayores contra enfermedades como la polio, tuberculosis, sarampión, tétanos e influenza entre muchas otras enfermedades que hoy son inmunoprevenibles; es decir, se pasará de aplicar 30 millones de vacunas al año a un poco más de 90 millones durante el 2021; todo un reto que incluso ya se considera el más importante que ha enfrentado la salud pública de nuestro país.
Pero esta medida por si sola no es suficiente para frenar la trasmisión del coronavirus. Adicional, se requiere continuar con medidas como el lavado frecuente de las manos, uso del tapabocas, distanciamiento físico, áreas permanentemente ventiladas y, sobre todo, evitar cualquier tipo de aglomeración.
Unido a los dos anteriores puntos se debe continuar con Pruebas, Rastreo, Aislamiento Selectivo y Sostenible (PRASS); el aislamiento inmediato de la persona ante la presencia de síntomas o sospecha de la infección más la información que suministre de los contactos, es estratégica para el éxito del aislamiento y por consiguiente de la interrupción de la cadena de trasmisión.
Contrarrestar con información científica las múltiples noticias falsas que ha difundido el movimiento antivacuna con el objetivo de generar miedo en la población. Las vacunas aprobadas hasta el momento son seguras, producen inmunidad y son confiables. El país no puede caer de nuevo en los errores con la vacuna contra el papiloma humano porque el costo en términos de salud de las mujeres ha sido muy alto; no se puede permitir que el ciclo de desinformación y miedo se genere con las nuevas vacunas contra el coronavirus.
Estas cuatro grandes líneas de acción permitirán un mejor control de la infección y posiblemente evitar una tercera ola que a su vez podría generar más casos graves y muertes.
Ninguna acción de las definidas produce el control total de la pandemia, es la unión de todas, funcionando armónicamente y con una visión global de quienes la ejecutan como se alcanzará la interrupción de la trasmisión y la inmunidad de rebaño y por consiguiente el control definitivo de la pandemia, el bienestar de la población, la reactivación a fondo de la economía con la recuperación del empleo y el ingreso que se perdió durante el último año para, finalmente, superar este período.
Adicional, se debe continuar atendiendo a la población en lo No-COVID, como ejemplo, los pacientes con cáncer, enfermedad cardiovascular, trasplante de órganos y con enfermedades huérfanas, deben continuar con sus tratamientos.
En este propósito no pueden tener espacio las acciones aisladas, exigencias que no conducen a ningún camino, requisitos inútiles, protagonismos innecesarios. Todo lo contrario, tenemos que contribuir a que el PNV sea un triunfo de la ciencia y el conocimiento sobre la enfermedad para beneficio de la población; esforzándose al máximo para generar resultados lo más pronto posible, ejecutando la operación de una forma simple, sencilla, sin artificios, con comunicación clara y trasparente a la población, de lo contrario no se logrará superar la pandemia en el corto plazo.