Cada innovación tecnológica conlleva un cambio en las actividades sociales y económicas, que a su vez obliga a adaptarse rápidamente a otra forma o estilo de vida. Las carreras profesionales no son la excepción, todos los días surgen nuevos enfoques en los pregrados y nuevas especializaciones o áreas de posgrados, pero ¿los profesionales salen preparados para enfrentarse a los desafíos laborales de hoy?
Las tendencias laborales cambian también, las demandas actuales de talento tienen que ver con poseer un extenso conocimiento en tecnologías de la Información pero, además, unas competencias específicas que van más allá de tener habilidades sobre la gestión profesional en su área.
Las llamadas competencias blandas, es decir la inteligencia emocional, la adaptabilidad, la resiliencia, la creatividad y la capacidad de liderazgo, entre muchas otras, son un factor determinante a la hora de destacarse laboralmente dentro de una compañía, o puede significar la diferencia entre que sea usted u otro el que consiga un ascenso.
«La inteligencia emocional y la creatividad son algunos de los aspectos que más se tienen en cuenta cuando un jefe decide impulsar la carrera de uno de sus empleados o hacerle un reconocimiento. Son también determinantes a la hora de elegir entre uno y otro candidato dentro de un proceso de reclutamiento», aseguró Javier Vargas, Director Ejecutivo de Right Management para Latinoamérica.
Los estudiantes universitarios se preparan con conocimientos académicos en disciplinas específicas, pero las universidades no siempre preparan a estos estudiantes con otras competencias para hacer frente al desafío de obtener y sostenerse en un empleo, gestar un ascenso o dirigir un equipo.
«Algunas veces las universidades les inculcan a sus estudiantes la visión empresarial de construir lo propio y no trabajarle a nadie, pero pocas veces existen talleres sobre inteligencia emocional o grupos que desarrollen la innovación y la creatividad», mencionó Vargas, aunque reconoce que las actividades grupales, por ejemplo, ayudan a ir formando inicialmente en esas competencias.
Por lo tanto, el profesional actual debe cultivar en su interior valores y principios, pero así mismo debe hacer florecer sus aptitudes destacadas como el liderazgo y la facilidad de adaptación al cambio. En este aspecto la inteligencia emocional es fundamental para el manejo de crisis, para dirigir equipos de manera motivante, para no frustrarse con la derrota y para hallar en cada fracaso un aprendizaje valioso para una nueva oportunidad de gestión.
Los jóvenes de ahora deben saber que la capacitación y actualización es una tarea a la que se llega por autodeterminación, pero cultivar sus cualidades innatas mediante talleres especializados no solo debe ser una iniciativa del aspirante a un cargo o de un empleado. Estos talleres deben ser efectuados al interior de las empresas por expertos, como lo son en Right Management, y así poder ayudar a formar un profesional más íntegro y dispuesto a enfrentar desafíos cada vez mayores dentro de una compañía o en el mundo empresarial independiente y tener éxito en su carrera.