Por primera vez en la historia, muchas empresas cuentan con hasta cinco generaciones en su plantilla: generación silenciosa (mayores de 76 años); baby boomers (57 a 75); generación X (41 a 56); Millennials (26 a 40); y Generación Z (menores de 25 años).
Nuestra esperanza de vida como seres humanos es cada vez mayor y eso ha hecho que la vida laboral también dure mucho más tiempo. Los empleados abordan y resuelven los problemas de diferentes maneras, según la generación en la que nacieron. Antes, la diferencia de edades en la oficina era de solo una generación y todo era muy estandarizado, hoy hay que adaptarse a lo que buscan y ofrecen colaboradores de distintas edades para seguir siendo competitivos en el mercado laboral.
Las relaciones con la organización y la autoridad, así como los estilos de trabajo de la fuerza laboral multigeneracional varían enormemente; mientras unos requieren retroalimentación continua, dominan todo tipo de apps y cambian de empleo según sus intereses; otros destacan por su lealtad a las empresas y a sus puestos de trabajo.
Dado que este contexto y la atracción de talento han cambiado tanto, la especialista en capital humano sugiere modificar también las prácticas y políticas organizacionales para ser mucho más flexibles y, por ende, atractivos para la fuerza laboral. Desde su perspectiva, estos son los factores determinantes para conseguirlo:
LIDERAZGO
Hoy ya no se puede liderar bajo el precepto de “estas son mis políticas y así se trabaja aquí”. En la actualidad necesitas conocer a la persona y entender el contexto del que viene.
Hay líderes que todavía no comprenden cómo un joven les pregunta si van bien en sus tareas, pero olvidan que esos chicos y chicas crecieron jugando videojuegos en los que un buen desempeño era premiado por monedas o una vida extra de forma inmediata. No emitir comentarios y esperar que esa sea su señal de que están haciendo un buen trabajo implica que no estás adaptando tu liderazgo a la realidad que impera.
TECNOLOGÍA
Hasta cuatro de las generaciones que conviven en una oficina han vivido una revolución tecnológica, pero la generación Z es de nativos digitales. La tecnología avanza a pasos agigantados y la forma de manejar esos cambios es uno de los principales diferenciadores en el lugar de trabajo.
Tener una mejor comprensión de esos matices ayuda a crear experiencias diversas, inclusivas y satisfactorias en el lugar de trabajo. Al planificar esa transformación digital es crucial considerar cómo la nueva tecnología afectará la experiencia de los empleados, quiénes serán los usuarios avanzados, quiénes necesitarán más capacitación y orientación. Hay que entender que la comunicación y las preferencias de trabajo son diferentes; algunos se sienten más cómodos comunicándose vía WhatsApp y otros prefieren lo presencial. Se requiere buscar el equilibrio. señala Vázquez.
CULTURA ORGANIZACIONAL
Cuando un candidato se postula a una vacante, desde luego considera el sueldo y la ubicación de la compañía, pero también cuál es su cultura, sus valores.
Los jóvenes se preguntan qué clase de empresa es la que publicó ese rol, qué programas de bienestar social tiene, cuán incluyente es. Eso les importa realmente. Como organizaciones tenemos que empezar a transformarnos hacía eso, desarrollar ese tipo de prácticas de forma genuina. Decir que eres una empresa socialmente responsable no sirve de nada si no generas y pones en práctica una cultura de bienestar.