«El activo de Venture Capital ha tenido retornos históricos de más de 20% anual que ofrece baja correlación con otros activos financieros, sirviendo como un activo deseado en portafolios de largo plazo.»
Estamos viviendo una época sin precedentes en la historia de la humanidad. Nunca se había generado tanto valor a la sociedad, ni se habían presentado cambios tan abruptos en tan poco tiempo. Artículos que hoy son el centro de nuestras vidas, eran sólo parte de la ciencia ficción unos años atrás. Solo para dar algunos ejemplos, hace tan solo 20 años no había red móvil en Colombia ni conexión a Internet, pero hoy se estiman cerca de 57 millones de celulares activos y una penetración del 68% a acceso a internet. Hace 12 años no existían los Smartphones en el mundo y se estima que al día de hoy cerca de 24 millones de colombianos cuentan con uno.
Toda esta revolución tecnológica ha permitido la destrucción de muchas barreras físicas y el surgimiento de nuevos productos y servicios que antes no hubieran sido posibles. Nuevos emprendedores aprovechan los avances tecnológicos para competir por un espacio en el mercado que históricamente eran ocupados por empresas tradicionales, mientras que otros utilizan su ingenio para desarrollar nuevos productos y servicios que terminan siendo de valor para la sociedad. Nunca antes en la historia estaban las herramientas y el capital para que emprender fuera tan “fácil” como ahora.
El proceso funciona como un círculo virtuoso en el cual la tecnología reduce costos a emprendedores para desarrollar sus ideas y poder llegar más rápidamente a sus clientes. Esto se traduce en una mayor expectativa de ganancia y menor riesgo y por lo tanto termina atrayendo más inversión. Más inversión en emprendimientos genera más casos de éxitos y por lo tanto más avances tecnológicos.
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Entrar en el círculo virtuoso anterior solo pudo iniciar gracias a inversionistas muy específicos. Por la naturaleza de la inversión y el riesgo que implicaba, unos de los primeros financiadores en avances tecnológicos fueron los gobiernos, que, en épocas de guerras, invirtieron grandes recursos con el fin de superar a sus oponentes. Adicionalmente, el avance económico a partir de la revolución industrial permitió que segundas y terceras generaciones de multimillonarios empresarios tuvieran capital para invertir en emprendimientos de alto riesgo, algo nunca visto en la historia de la humanidad. Por último, las universidades tuvieron un papel relevante tanto en propiciar la investigación y desarrollo, como en proveer recursos a la industria. Por ejemplo, MIT fue partícipe del que se considera el primer fondo de Venture Capital en el mundo (ADR) y el Endowment de Yale lideró el incremento en la asignación de recursos a Venture Capital por parte de inversionistas institucionales aumentando significativamente el capital disponible para emprendedores.
Hoy en día la inversión en emprendimiento en etapa temprana sigue siendo considerada de muy alto riesgo. No tener un producto definido ni ventas que demuestran el éxito hacen que la mayoría de ellas fracasen y, por lo tanto, significa la pérdida del capital invertido. En finanzas, para que exista la inversión en una clase de activo, el retorno esperado debe compensar por el riesgo asumido. Con la presencia de los avances tecnológicos de los últimos años, es posible alcanzar rentabilidades extraordinarias que compensan por ese riesgo, las cuales han generado un boom en la inversión en emprendimientos de etapa temprana.
Este acelerado cambio presenta grandes oportunidades de Inversión. Ideas que en pocos años se convierten en grandes empresas, multiplicando por muchas veces su inversión inicial. En los últimos años hemos visto empresas como Amazon, Google, Facebook, Alibaba, Uber, las cuales pasan de valer 5 millones de dólares a más de 70 billones de dólares en menos de 10 años. Endowments, fundaciones, fondos de pensiones y otros inversionistas institucionales, no solo han financiado muchos de estos proyectos, si no también han mejorado los retornos de sus portafolios. A pesar de la alta dispersión de retornos, el activo de Venture Capital ha tenido retornos históricos de más de 20% anual que ofrece baja correlación con otros activos financieros, sirviendo como un activo deseado en portafolios de largo plazo.
Por último, varios estudios han evidenciado el efecto positivo de las startups y por lo tanto del activo de Venture capital en la sociedad. Una inversión en una startup por un fondo de Venture Capital, resulta en la creación de 2 a 6 nuevas firmas, crea entre 347 a 356 trabajos y aumenta el ingreso regional entre 30.7 a 114 millones de dólares. Además, se estima un beneficio indirecto en la sociedad por aumento de productividad, aumento de calidad y disminución de precios de productos y servicios, previene abuso de mercados (monopolios), aumenta la resiliencia de mercados (ejm épocas de pandemias) y empodera a los individuos a explotar su potencial. Todo esto lo saben los gobiernos, y es por esta razón, que adicional a los buenos retornos en promedio que genera la industria, muchos gobiernos se han dedicado a crear más incentivos para aumentar la inversión en startups como es el caso de Colombia a través de Bancoldex.
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