«Actualmente todos están apostando por startups: bancos de inversión, family office’s, grupos económicos, corporaciones, etc.»
Siempre nos prohibieron hablar de plata en casa, con familiares o amigos. Desde que tengo uso de razón ―yo, siendo muy pequeño― recuerdo que al almorzar o cenar siempre se evitó la conversación en torno al dinero. “Es de mal gusto”, nos repitieron. Quizás por esa misma razón ―ya de grande― a uno le cuesta tanto dar puntos de vista sobre este tipo de temas.
En mi caso, actualmente hablar de inversiones es algo natural, pero hablar de inversión en startups es hablar en un código distinto. Tiene sus propios condimentos, tiempos y características. Si hacemos una analogía con la gastronomía, diríamos que es una preparación que se cocina a fuego lento y que en el intertanto es mejor no mostrar ansiedad ni intentar abrir la olla cada dos minutos. ¿Cuál es la rentabilidad esperada? ¿Cuándo puedo retirar mi plata? ¿En qué año puedo obtener retorno?
Invertir en startups deja de lado esas especulaciones porque el ecosistema es muy sui generis. A los inversionistas se les dice “Ángeles” y al dinero que se acumula se le llama capital de riesgo (venture capital o VC). Antes sólo grandes corporaciones o gente muy acaudalada podía darse el “lujo” de invertir en startups.
Le puede interesar: Estrategias de Trading e Inteligencia Artificial
Actualmente todos están apostando por startups: bancos de inversión, family office’s, grupos económicos, corporaciones, etc. Suena irónico, pero (muchos) quienes antes le cerraban las puertas (por ser compañías jóvenes, con poca trayectoria y otros motivos), hoy están levantando banderas de lucha para impulsarlas.
En EEUU y Europa son aspectos resueltos hace rato, y Latinoamérica no está ajena a este tipo de tendencias, los inversionistas no sólo quieren aportar capital, sino que además buscan co-construir las empresas del mañana, de acuerdo a su afinidad, propósito, mercado o estilo de vida al que apuntan las startups. Desde luego esa conexión es muy especial y tiene que ver con que no sólo apuestan a futuros Unicornios, sino que también ponderan aspectos relevantes para nuestra sociedad en el mediano y largo plazo, como valores sociales, medioambientales, entre otros.
Ser emprendedores nos ha dado una visión bastante empática sobre lo que realmente necesita un co-founder y una mirada aguda de lo que buscan los inversionistas. No es tarea sencilla, pero el tiempo nos está dando la razón y este 2022 se ve muy auspicioso para seguir siendo el principal puente conector entre startups e inversionistas.
Lea también: Inversión en Startups