El desarrollo sostenido que la economía colombiana y el comercio ha tenido en las últimas décadas, ha implicado continuos esfuerzos de los empresarios para ser más eficientes y competitivos frente al reto de expandir su radio de acción más allá de las fronteras nacionales y hacer presencia exitosa en los mercados internacionales.
Temas como la modernización del aparato productivo, la diversificación de las exportaciones, la vinculación a grandes bloques comerciales y Tratados de Libre Comercio, la conquista de nuevos mercados y el manejo de volúmenes crecientes de intercambio de bienes y servicios con diferentes áreas del mundo, constituyen preocupación central en la agenda de los sectores público y privado, con miras a concertar políticas públicas y establecer marcos regulatorios que dinamicen la producción y faciliten la comercialización de bienes y servicios.
En este contexto, la logística para el Comercio Internacional, entendida como el proceso de planificar, implementar y controlar el movimiento y almacenamiento eficientes de materias primas, productos, servicios e información relacionados con estos, desde el lugar de origen hasta el lugar de consumo, emerge como un factor clave que condiciona el accionar de las empresas, especialmente de aquellas enfocadas en operaciones de exportación e importación, que deben cumplir con precisos requerimientos de los clientes tanto en Colombia como en el exterior.
Como eslabón de importancia estratégica en dicha cadena logística, se destaca el transporte expreso de documentos, paquetes y mercancías, – conocido en algunos ámbitos bajo la denominación genérica de «mensajería» – que brinda a los usuarios la opción de despachar y recibir sus envíos en cualquier país del mundo, con tiempos de tránsito y entrega determinados, garantizando así rapidez, seguridad, flexibilidad en las operaciones y un permanente control en tiempo real sobre los despachos.

Por: Alfredo Castellanos
Gerente PASAR EXPRESS
Esta modalidad de transporte ha ido evolucionando hacia la prestación de un servicio integral que abarca gestión documental, aduanas, almacenamiento, distribución, etc., lo cual permite a las empresas tercerizar estas fases de los procesos y concentrarse en el “core” de sus negocios, con grandes ventajas en eficiencia, disminución de costos ocultos y altos niveles de satisfacción entre sus clientes, gracias a la utilización de multimodalidad en transporte, tecnología de punta en manejo de la información y eficientes sistemas de servicio al cliente.
“El nuevo estatuto aduanero, que está entrando en vigencia progresiva, permite acortar los tiempos de nacionalización de mercancías y facilita la reducción de costos al abrir la opción que un solo operador pueda transportar, nacionalizar y distribuir”
Bajo los exigentes parámetros de la competitividad en el mundo globalizado, disponer de un servicio con estas características puede significar la diferencia entre éxito y fracaso. Tal es el caso de industrias como la informática, confecciones, cosméticos, alimentos y otras, que atienden ciclos estacionales de demanda y que requieren soluciones logísticas de ciclo corto y total seguridad en las entregas para poder cumplir sus promesas de venta.
En Colombia, tanto el gobierno como los operadores privados de transporte expreso han tomado acciones para responder a los requerimientos del mercado, y exportadores e importadores cuentan con soluciones idóneas que responden a rigurosos estándares de calidad.
El nuevo estatuto aduanero, que está entrando en vigencia progresiva, permite acortar los tiempos de nacionalización de mercancías y facilita la reducción de costos al abrir la opción que un solo operador pueda transportar, nacionalizar y distribuir. Así mismo faculta a la DIAN para perseguir a operadores informales que carecen de licencias, no pagan impuestos y no garantizan calidad ni legalidad en sus operaciones.
Por su parte, las empresas con presencia tradicional en la industria del transporte expreso han realizado enormes esfuerzos de acumulación de conocimiento, experiencia y desarrollo humano y empresarial para estar a la altura de los desafíos planteados por los flujos crecientes de comercio de importación y exportación, apuntalando así uno de los elementos claves de la competitividad de la producción nacional y dando respuesta eficaz a las necesidades logísticas del comercio exterior del país.