A la hora de trabajar, todos anhelamos ser lo más productivos posible para terminar nuestras tareas de forma rápida y eficiente. No obstante, hay días en los que podemos sentirnos algo distraídos, ya que existen una infinidad de factores que pueden influir en nuestro estado de ánimo. Por ello, es recomendable que nuestro espacio de trabajo esté diseñado pensando en nuestro bienestar, de tal forma que nos ayude a potenciar lo mejor de nosotros mismos. Así pues, seguidamente te explicamos cómo redecorar tu oficina y aprovechar sus puntos fuertes para incrementar tu productividad.
Un espacio cómodo y práctico
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada tipo de trabajo exigirá unos requisitos diferentes, dado que es posible que ciertos proyectos necesiten más concentración o creatividad, mientras que otros permitan un ritmo de trabajo más relajado. Por ende, antes de crear desde cero nuestra oficina o modificarla, es necesario planificar qué necesitaremos y con qué objetivos compraremos nuevo mobiliario o cambiaremos su disposición actual. De forma general, lo ideal es que como mínimo contemos con un escritorio amplio, una silla de oficina ergonómica y todos los accesorios que se puedan necesitar para realizar nuestras tareas de la manera más cómoda posible, como un ordenador o material de papelería diverso.
Dado que la oficina es el lugar donde pasamos gran parte del día, las condiciones ambientales deben ser óptimas, así que debemos tener en cuenta que la temperatura ambiente debe rondar los 22 grados. Asimismo, el color de las paredes y su mobiliario también serán clave, ya que nos ayudarán a crear un espacio óptimo para el trabajo. Por ejemplo, colores como el blanco o el azul resultan idóneos como base, pues nos inspiran paz y confianza. Otro punto relevante es la iluminación, intentando aprovechar al máximo la luz natural.
También puede ser útil personalizar nuestro escritorio con objetos que nos transmitan tranquilidad o emociones positivas, ya que ello nos ayudará a sentirnos más cómodos durante nuestra jornada laboral. Las manualidades u objetos que llevan tiempo con nosotros pueden ser una buena opción: recuperar ese portarretratos al que tenemos tanto cariño o sacar alguna de las manualidades que nuestros peques nos regalaron años atrás. Por otro lado, puesto que los olores también son importantes, podemos sumar un ambientador o incluso unas flores frescas aromáticas. El olor a mandarina o a lavanda nos ayudarán a concentrarnos.
Hoy en día existen numerosos avances tecnológicos que nos permiten tener una casa inteligente y, algunos de ellos, también son aplicables a nuestro espacio de trabajo. De este modo, nos será aún más sencillo realizar acciones cotidianas como encender o apagar la luz. También podemos añadir complementos como Google Nest, el aparato inteligente que nos ayudará a buscar información o nos recordará datos importantes. En definitiva, si tenemos en mente todos los consejos expuestos, podemos convertir nuestra oficina en el lugar ideal para concentrarnos y sacar todo nuestro potencial.