«Los expertos en comunicaciones reforzaron la habilidad de planificar sobre continuos cambios, desafiados por la necesidad de dar vida a ideas creativas y efectivas.»
Las comunicaciones son vitales para conectarse con la sociedad, son flexibles y se adecuan a las contingencias, siendo además un motor para la economía en tiempos difíciles, como se ha visto durante la pandemia. El 2020 cambió el paradigma: se tuvo que comunicar en una realidad incierta, lo que también sorprendió a varias empresas «desnudas» frente a la comunicación digital, con el temor de enfrentarse a un nuevo mundo en el que otros valores tomaron relevancia.
Fue un año de aprendizaje, en el cual la única certeza era lo que se tenía en el aquí y en el ahora, reestructurando mensajes e innovando estrategias. Las marcas se abrieron a nuevos medios sociales; lanzaron e-commerces y transformaron sus web tradicionales a formatos digitales con las nuevas tendencias, junto con activar las RRSS con estrategias de ventas on line y servicio al cliente 24/7.
Este año se navega en un mar también incierto, pero con la experiencia para enfrentar nuevos escenarios. Tras el inicio de la pandemia, los expertos en comunicaciones reforzaron la habilidad de planificar sobre continuos cambios, desafiados por la necesidad de dar vida a ideas creativas y efectivas. Las empresas se adaptaron a una comunicación más humana, donde el centro es la salud física y mental, los espacios con la familia y los amigos, con mensajes segmentados para todas las generaciones. Los eventos on line, antes menospreciados, hoy son la única manera de poder conectarse con los públicos objetivos.
Frente a este escenario, predecir cómo se desarrollará la comunicación estratégica este 2021 es tan complejo como planificar una reunión presencial, un viaje o una cita familiar, porque todo depende, todo es relativo. Pero algo podemos dilucidar. Las comunicaciones están marcadas por la continua adaptación del saber – hacer, en base a la realidad del día a día, según las medidas sanitarias o los anuncios de los gobiernos. Las planificaciones se acotaron y los ejes de contenido son evaluados continuamente, esto porque la reputación de las marcas está vinculada a la conexión emocional que tienen con la realidad del país y del mundo.
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Las marcas/empresas se humanizaron y se convirtieron en un ente social con cara y opinión que la comunidad quiere conocer. Las marcas lifestyle siguen comunicando; la gente necesita conocer servicios y productos que transmitan experiencias para la distensión, pero los mensajes son más cuidadosos y empáticos
Con una sociedad más vulnerable, apelar a la sensibilización y conectar con el lado más humano de la población es clave, ya que los consumidores son mucho más exigentes con los medios sociales. En ese marco, los influencers están más integrados en estrategias multicanal, con foco en la autenticidad y veracidad hacia los usuarios, lo cual responde a la necesidad de un contenido que aporte valor real. Las marcas buscan realizar acciones en conjunto (Cobranding), potenciarse en el escenario digital, porque se entendió que no estamos solos, sino que necesitamos salir de nuestra burbuja comunicacional.
Somos sin duda consumidores más digitales que pre-pandemia, expuestos a más marcas que buscan cautivar desde los distintos formatos de las RRSS, y éstas últimas a su vez pasaron a convertirse en «medios sociales» en marketing digital. Los medios de comunicación tradicionales se complementan con los multicanales on line, siendo necesaria una estrategia de difusión integral donde todas las partes son importantes y se refuerzan.
Así, este 2021 el match de estrategias on y off se potenciarán aún más, porque lo aprendido el año pasado sorteando los acontecimientos inesperados, hoy son terrenos más conocidos; solo hay que reforzar la comunicación integral, fuertemente digital, con una comunicación creativa, más humana y muy conectada con la realidad. Ese es el camino.
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