«Una comunicación empresarial efectiva, permite que la organización se comunique interna y externamente de forma optima para así desarrollar su objeto social.»
La productividad de una empresa, hoy día es una agridulce obsesión para la gran mayoría de los empresarios. Además de muchos factores técnicos, financieros, y económicos, resulta lógico asociar este termino con el bienestar, la meta, y el crecimiento de una compañía.
Se busca estudiarla, medirla, y hasta aumentarla de diversas maneras, se gastan horas en reuniones, en correos, e incluso en llamadas para determinar planes y estrategias en pos de los tan anhelados porcentuales verdes en este indicador. Sin embargo, muchas veces con esa inconsolable frustración se descubre que simplemente incurrimos en un gasto, más no en una inversión.
Por ello, si de reinventarse y revisarse a fondo se trata, las crisis nos obligan a ello. Es ahí cuando logramos evidenciar por desespero todas y cada una de las variables y herramientas que interfieren en el proceso productivo de una compañía. Gerentes o directores de áreas afines, usamos la teoría Parettiana para identificar ese pequeño porcentaje de causas vitales que prometen elevar la productividad, relacionando aumento de productividad con productos, servicios ofrecidos y clientes. No obstante, pocos solíamos revisar la comunicación e identidad en nuestra empresa, sin agotar en primera instancia, la revisión intrínseca del proceso y plan de comunicación en nuestras empresas.
En ese sentido, me permito presentar estos últimos conceptos poco usados cómo criterio de aumento de productividad. Según Aaron Arenas Ramirez (2016), la comunicación empresarial, o comunicación corporativa es el proceso de emitir y recibir mensajes en una organización o empresa. Jose Ñañez Gomez (2015), nos da una clara conexión entre comunicación y productividad. Este determina que la comunicación empresarial es un activo intangible, pero que aporta uno de los mayores porcentajes de éxito a las empresas.
Debemos dejar claro que, la productividad es ante todo una capacidad. En concreto, la productividad es aquella capacidad de optimizar una transición de una situación A a una situación B. De esta idea podemos extrapolar que, una comunicación empresarial efectiva, permite que la organización se “comunique” interna y externamente de forma optima para así desarrollar su objeto social.
De lo anterior proviene el concepto que nos permite relacionar comunicación con productividad. Por ende, toda estrategia de aumento de productividad en una empresa u organización, requiere que primero se identifique si se está fallando en cómo se comunica, se gestionan los procesos y tareas dentro de las diferentes áreas de una organización. Para Leon Brillouin (2004), en su teoría de la información, toda empresa produce información. Por lo tanto, empresas que no recopilen y analicen estos datos fallan en la aplicación de su plan de comunicación. De hecho, en tiempos tan difíciles cómo los actuales, se vuelve tan complicado tomar decisiones que un dato más o un dato menos puede representar mucho.
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Debemos dejar claro que las bases de toda comunicación empresarial son, según la teoría de la información de Claude E. Shannon: Fuente de la información, transmisor, señal, interferencia (ruido), señal recibida, receptor, destinatario, y mensaje. En empresas, ese tipo de comunicación es de índole vertical.
Entonces, debemos comprender que la principal causa de fallas y errores vienen de problemas de comunicación internos en la empresa. Errores en las empresas comúnmente se traducen en perdidas, o detrimentos económicos. Estas por mucha tecnificación, usan personas de forma transversal en todas las áreas de una empresa. Por ende, cualquier clase de información o comunicación debe intercambiarse utilizándose códigos similares entre emisores y receptores. Así, se puede influir más limpiamente en la acción a producir, gestionar, delegar y hasta ordenar.
Muy personalmente, debo decir que al aplicar el concepto – la base de la comunicación empresarial cómo criterio de productividad -, y cómo ingeniero de profesión que soy, asaltó inmediatamente en mi mente la relación entre la teoría de la propagación de errores, y la finalidad de una comunicación empresarial exitosa. Debe quedar claro qué, la conclusión de aplicar este símil está en que antes de invertir en soluciones sofisticadas, muy complejas, se debe disminuir la incertidumbre con la que la información, y los datos que circulan a nivel externo e internando.
Siendo prácticos, no podemos delegar sin que se tenga claro que se debe hacer, no podemos comunicar una directriz, concepto o explicación si no estamos en grado de explicarle a esa persona cómo si fuese un niño, no podemos emplear palabras sofisticadas entre jefes y colaboradores, si las bases técnicas y administrativas no están claras, no debemos comunicar cuando no debamos comunicar ni de la manera inadecuada, simplemente no se debe emplear mucha burocracia para comunicar, delegar y establecer una instrucción.
Por consiguiente, la consigna es hacer fluir la información entre todos los canales de una empresa, lo más limpio posible. Esto implica canales entre clientes y la empresa (Quienes solucionan/hacen/crean el producto, bien o servicio que la empresa brinda), y entre jefes y colaboradores. Así mismo, el concepto que se debe aplicar para una efectiva comunicación vertical empresarial, debe radicar siempre en emplear el menor número de saltos posibles entre fuente emisora y receptora. Cada salto adicional, introduce más errores.
En conclusión, el estado y la aplicación del plan de comunicación empresarial, puede ser tan aliado de la la productividad, cómo enemigo. Por ello, en mi experiencia recomiendo que, hacer tan sólidas y claras las bases de la comunicación vertical empresarial, definir un buen plan de comunicación entre áreas de una empresa, entre colaboradores con colaboradores, colaboradores con jefes, y por ende con cliente garantiza instaurar la corporatividad, reducir ruido entre el mensaje del emisor y el mensaje recibido por el receptor, y se evita trabajar cómo una rueda suelta, que gira sin orientación definida. Esto conlleva que cualquier actividad comercial, industrial, técnica o profesional que desarrolle una compañía se instaure en el pilar fundamental de la productividad; la disciplina.
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Yo considero que invertir en comunicaciones internas es la mejor manera de impulsar los planes de las compañías de diversas maneras. Ya sea que necesitemos una mejor manera de organizar nuestros archivos internos, alertar a los trabajadores durante una crisis o conectarnos con nuestro equipo remoto; debemos tener todas las soluciones para que los trabajadores sigan prosperando. En este blog 👉 https://bit.ly/3cYD7fw puedes encontrar ¿Por qué invertir en las comunicaciones internas? 👀