«Para crear cursos en línea que funcionen, se deben de considerar sus tres dimensiones: la de los contenidos, la tecnológica y la social.»
Después de más de 18 meses desde que inició la pandemia del COVID-19 que obligó a millones de personas y empresas en todo el mundo a mover su oferta de capacitación a una modalidad online, quedaron al descubierto un sinfín de problemas en su adopción, que van desde las estrategias hasta la falta de herramientas tecnológicas adecuadas que permitan ofrecer experiencias positivas de aprendizaje en línea.
Es importante señalar que la capacitación para que cumpla su función debe de transformar la vida de las personas, y la capacitación virtual como se ha hecho hasta ahora, en la mayoría de los casos no cumple su función, ¿por qué? porque ha hecho falta comprender que para crear cursos en línea que funcionen, se deben de considerar sus tres dimensiones: la de los contenidos, la tecnológica y la social.
Contenido
En cuanto a la primera dimensión que corresponde a los contenidos, es necesario primero conocer a la audiencia objetivo, quiénes son, cuál es su contexto y preferencias de aprendizaje. De esta manera, es posible identificar el diseño ideal del curso en línea.
Por otra parte, uno de los errores más comunes en los contenidos es agregar gran cantidad de información dentro de un mismo formato. A esto le llamamos carga cognitiva. Para evitar esto, es importante segmentarlo en pequeñas partes, por ejemplo, un video, en lugar de tener una duración de 1 hora continua, es preferible segmentarlo en 6 videos de 10 minutos cada uno, o en el caso de una presentación, crear más láminas con poco texto apoyadas con una imagen representativa que pocas láminas cargadas de información.
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Aunado a lo anterior, es fundamental mezclar formatos para darle dinamismo e interactividad al curso en línea. Para ello es recomendable integrar videos, lecturas, evaluaciones e interactivos, todo en un mismo lugar para ayudar a que los usuarios no pierdan la atención y se encuentren siempre activos aprendiendo.
Tecnología
En cuanto a la dimensión tecnológica, es muy importante contar con una plataforma de e-learning que centralice la gestión de usuarios y contenidos. No funciona una oferta de capacitación con un excelente contenido y que la tecnología sea demasiado rígida o poco atractiva para los usuarios, ya que esto afecta la experiencia general del usuario. También, dentro de esta dimensión es importante que la plataforma ofrezca reportes detallados sobre el desempeño de los usuarios, ya que esto permite mejorar el seguimiento, retroalimentación y comunicación, además que poder medir, es poder mejorar.
Social
Finalmente, se debe de considerar la dimensión social, que es uno de los aspectos clave para que una capacitación virtual sea exitosa, pero que muy pocos toman en cuenta. Para lograrlo, es indispensable que la tecnología cuente con recursos sociales de aprendizaje como chats, sesiones en vivo, encuestas y tableros sociales en tiempo real, pero también estrategias que fomenten la participación activa entre los usuarios y el instructor.
Si bien las estrategias y tecnologías a utilizar dependen en gran medida del tipo de audiencia al que vamos dirigidos, a los objetivos de la capacitación y a las posibilidades de la empresa, no debemos olvidar en ningún caso articular estas tres dimensiones. De esta manera, lograremos activar el aprendizaje del usuario y así lograr la transformación esperada.
En tu empresa, ¿Cómo están articulando estas tres dimensiones?
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