Uno de los primeros aspectos cruciales a considerar es que existe un mercado global consolidado de proveedores de servicios de inteligencia competitiva que va mucho más allá de los servicios de investigación de mercado tradicionales.
El mercado de la inteligencia competitiva accionable proporciona información esencial para tomar decisiones estratégicas fundamentales. Acceder a estas herramientas esenciales y su exitosa integración dentro de una organización puede garantizar resultados significativos, como el aumento en las ventas, la reducción y el control de riesgos, y la optimización de costos. Todo esto impulsa directamente el negocio hacia el logro de sus metas.
Una pregunta que muchos se plantean es: «¿Cómo puedo aprovechar la inteligencia competitiva para mejorar mi negocio?». Lo primero es tener claro el propósito. El «por qué» (WHY) es lo que nos permite responder a preguntas como: ¿Por qué queremos trabajar? ¿Por qué queremos aprender?
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Cuando comprendemos por qué deseamos alcanzar una meta específica o hemos elegido un enfoque particular, estamos más propensos a tomar decisiones más acertadas, defender nuestras creencias y mantenernos motivados para lograr nuestros objetivos. El «por qué» es a menudo pasado por alto, olvidando que necesitamos una razón que nos inspire antes de intentar inspirar a otros. Esto es lo que Simon Sinek expone en su libro «Empieza con el por qué», y tiene toda la razón, ya que necesitamos una motivación más grande que nosotros mismos.
Una vez que tenemos claro nuestro propósito, podemos definir más fácilmente en qué negocio nos encontramos. Por ejemplo, ¿somos parte del negocio de la impresión de periódicos o del negocio de distribuir información? ¿Participamos en la fabricación de automóviles o en la transformación de la movilidad? ¿Somos una empresa de alimentos o una empresa que nutre a las personas? Al comprender inicialmente nuestro negocio, podemos identificar contra quién competimos, quiénes son nuestros clientes y dónde se encuentran las oportunidades.
Esta decisión fundamental nos permite identificar los factores que realmente añaden o restan valor en la relación con los clientes. Además, debemos establecer criterios de análisis para procesar la información y determinar sobre qué aspectos tenemos control y cuáles no. Estos elementos marcan la diferencia entre las decisiones estratégicas y tácticas, y se refieren a la identificación de los beneficios principales y las variables.
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Un aspecto relevante de la inteligencia competitiva es identificar cuál es el beneficio más relevante para el cliente. Por ejemplo, en el negocio de la fabricación de automóviles o de la movilidad, el beneficio puede ser la comodidad o el tiempo de conducción, y el impacto ambiental. La combinación estratégica de estos beneficios puede ser clave.
Aquí radica la magia de la inteligencia competitiva: llega un punto en el que el beneficio principal pierde relevancia. Por ejemplo, ¿has agotado el espacio de almacenamiento gratuito que Google Drive, u Office 365 ofrecen? ¿Tienes Office 365 y aún pagas por Dropbox u otro servicio de almacenamiento pago? Es posible que no necesites más espacio, y ninguna oferta adicional de almacenamiento cambiaría tu decisión de compra. Esto ya no genera ningún beneficio adicional.
Este tema es amplio y profundo, y se puede profundizar aún más al explorar literatura como «La estrategia del océano azul», donde encontrarás información sobre cómo construir cuadros de valor, y aplicar el esquema de las cuatro acciones: incrementar, reducir, eliminar o crear. La aplicación de estas acciones la puedes ver en los supermercados; por ejemplo “Champú sin sal” (eliminar), “Sal baja en sodio” (reducir), “Secadores de pelo con extracto de aguacate”(Crear, esa sorprende), “20% más de contenido” (aumentar).
Conozca su mercado, empresa, industria, clientes, competidores y no deje de observar la periferia de su industria de allí seguramente vendrán nuevas oportunidades y amenazas.
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