una transformación significativa con un aumento del 38.4% en las ventas en línea en 2022, alcanzando COP 55.2 billones y 332.4 millones de transacciones digitales.
En un mundo empresarial en constante evolución, los marketplaces y las plataformas de comercio electrónico están transformando drásticamente la dinámica de los negocios Business-to-Business (B2B) en Colombia. Así lo hacen ver los datos recopilados por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) que destacan esta revolución: el comercio electrónico cerró el año 2022 con un asombroso incremento anual del 38,4%, elevando las ventas en línea a COP 55,17 billones y las transacciones digitales a 332,4 millones, lo que representó un impresionante crecimiento del 22,1% en comparación con 2021.
En este vertiginoso panorama, varias tendencias están configurando el futuro del comercio electrónico B2B en Colombia. Las compras móviles están liderando el camino, pues son cada vez más individuos optando por realizar transacciones a través de sus dispositivos móviles. Garantizar la optimización de los sitios web para estos instrumentos y brindar una experiencia fluida en smartphones y tablets se ha vuelto esencial para las empresas.
Las tendencias clave que están moldeando el futuro del comercio electrónico B2B incluyen las compras móviles como líder, la demanda de experiencias personalizadas a través del análisis de datos y la importancia de la omnicanalidad (interconexión de todos los canales, tanto de comunicación, como de ventas) para una experiencia coherente de compra.
Ya en el 2023, se vislumbra una transformación significativa en las demandas de los consumidores, que van mucho más allá de caprichos. La personalización, que en sí misma se ha convertido en una expectativa arraigada, está tomando nuevas dimensiones. Los clientes no solo anhelan experiencias a medida, sino que también ponen el foco en aspectos más complejos y abarcadores.
Además de consideraciones medioambientales, se espera que las empresas se adapten a intrincadas interfaces diseñadas específicamente para cada consumidor. A la par, la eficiencia en la entrega adquiere protagonismo a través de sistemas de producción diseñados para lotes pequeños, asegurando una distribución más efectiva que pueden ir acompañados de entregas autónomas mediante drones.
La omnicanalidad es un componente crítico en esta ecuación. Los consumidores desean coherencia en su experiencia de compra, ya sea en línea o en tiendas físicas. La capacidad de adquirir, recoger y devolver productos sin complicaciones en cualquier punto de contacto se ha convertido en la norma, impulsando a las empresas a integrar sus canales de venta.