Los seguros de vida grupo y vida individual que ofrecen la cobertura necesaria en el caso de fallecimiento, incapacidad permanente o enfermedad grave del asegurado, si bien, están enfocados a consumidores con necesidades diferentes enfrentan comunes y enfrentan retos que se pueden transformar en oportunidades que permitan incrementar la penetración de este tipo de productos.
Acerca de los seguros de vida:
Los seguros de vida donde el tomador agrupa a un conjunto de asegurados vinculados de alguna manera han presentado un crecimiento sostenido en los últimos años, principalmente, debido a la dinámica de los créditos del sector financiero que tienen vinculado el seguro de vida grupo deudores. A septiembre de 2015 el crecimiento de las primas de los seguros de vida grupo han crecido 13%. Producto de la expedición de 673 de 2014, el cual reglamenta la contratación de seguros de vida vinculados a créditos hipotecarios, se ha presentado una migración de primas de vida grupo hacia vida individual. Sin este cambio en el mercado, el crecimiento del ramo de vida grupo hubiera sido de 17% respecto a septiembre de 2014.
A 2015, existen cerca de 24.3 millones de riesgos asegurados en vida grupo, presentando un crecimiento del 16% respecto a los riesgos asegurados a 2014, principalmente, vinculados a deudores hipotecarios y no hipotecarios (47%) y seguros de vida grupo beneficios y compra voluntaria de seguros de vida.
Beneficios:
Así mismo, el canal de bancaseguros, que permite la compra voluntaria de seguros de vida ofrecidos por compañías de seguros y comercializados por entidades financieras también ha favorecido la penetración del seguro y ha dinamizado su crecimiento. Sin embargo, paralelamente, se han incrementado los gastos asociados a la comercialización del seguro de vida grupo. Entre el 2007 y el 2015 el factor de gastos, como proporción de la prima devengada, se ha incrementado en 10 puntos porcentuales.
Por otro lado, los factores que determinan la siniestralidad de los seguros de vida grupo y vida individual ha cambiado: la tasa de mortalidad ha caído consistentemente en Colombia de manera dramática tanto para hombres como para mujeres en los últimos 15 años, pero de manera simultánea se observa una mayor frecuencia en la invalidez de los colombianos. Junto con el hecho que, de acuerdo con estudios médicos recientes, el 20% de los adolescentes en las ciudades colombianas son sedentarios y el 50% son irregularmente activos y que de acuerdo con estudios internacionales, el 25% de los colombianos que tienen sobrepeso afirman no tenerlo (en Estados Unidos esta cifra es de 22% y en México es del 38%).
Estos cambios en los patrones de siniestralidad pueden verse como la oportunidad de diseñar productos innovadores que respondan a las nuevas necesidades y factores de riesgos de los consumidores potenciales.
Dinámica de los seguros de vida:
Por su parte, la dinámica de los seguros diseñados para cubrir las necesidades individuales de largo plazo de los asegurados ha sido heterogénea en los años recientes. A septiembre de 2015 el crecimiento del ramo ha sido de casi 28% debido especialmente al traslado de riesgos asociados a créditos hipotecarios. Sin este efecto, el crecimiento de primas de vida individual sería de 8.5%.
A finales de 2015 existen 1.5 millones de riesgos asegurados en vida individual (crecimiento de 7.1% respecto al 2014), de los cuales cerca de 470 mil corresponden a productos de largo plazo o, por denominarlos de alguna manera, tradicionales.
Existen retos comunes a los dos tipos de productos de seguros de vida y algunos que son particulares a cada uno de ellos. En una encuesta realizada por FASECOLDA a compradores voluntarios de seguros de vida se encontró que el 63% adquiere esta cobertura para que su familia tenga un capital por si fallece y el 73% de los encuestados reconoce que el seguro es barato comparado con el beneficio que entregan e incluso el 80% estaría dispuesto a comprar seguros temporales o totales a 10 años o más. Sin embargo, apenas el 35% de las personas estarían dispuestas a pagar el precio que cuesta el seguro.
Porque Ocurre:
La principal razón de este comportamiento es que los colombianos somos cortoplacistas y estamos dispuestos a renunciar a beneficios en el largo plazo con tal de obtener recompensas pequeñas en el corto plazo. Por ejemplo, el mismo estudio de FASECOLDA se encontró que el 77% de los colombianos estamos dispuestos a renunciar a una rentabilidad de 38% anual durante 5 años con tal de recibir una cantidad de dinero, incluso muy inferior, inmediatamente.
Es un reto incrementar el conocimiento financiero de los consumidores para, a su vez, incrementar la penetración del seguro. De las personas que habían adquirido un seguro de vida voluntariamente y lo cancelaron, más de la mitad consideran que no necesitan el seguro o tuvieron que pagar mucho tiempo para haber recibido algún beneficio de la cobertura ante el riesgo de fallecimiento.
Adicionalmente, El 29% de la población analizada por FASECOLDA, nunca ha comprado un seguro de vida de manera voluntaria, pero 1 de cada 3 han recibido o buscado información sobre seguros de vida. El intento de compra de seguros pasa del 4% al 22% una vez la persona ha adquirido información sobre este tipo de seguros.
Oportunidades:
Surge la oportunidad de incrementar el contacto con los clientes potenciales para entregarles el conocimiento suficiente para reconocer la importancia del seguro de vida. Apenas el 31% de los asegurados con valor de cobertura inferior a 50 millones de pesos afirman haber sido contactados posterior a la venta por parte de la compañía de seguros. La tasa de contacto a los asegurados de mayor valor de cobertura llega apenas al 73%.
Las personas que intentan comprar seguros de vida y al final no los adquieren aducen, primordialmente, desconocimiento del producto (46%) o desconfianza ante las compañías de seguros (51%). Adicionalmente, cerca del 80% de los encuestados tiene la percepción que “los seguros están hechos para que uno no los entienda” o “quienes venden seguros de vida prometen de todo a la hora de firmar una póliza.
Es necesario, de manera simultánea incrementar la educación financiera de los colombianos y fortalecer las buenas prácticas de las compañías de seguros para mostrar los beneficios del seguro.
Cifras preocupantes:
Cifras preocupantes que resultan de un estudio realizado por el Banco de la República en 2012, corroboradas también por un estudio similar de 2015 realizado por Old Mutual, muestran que la mitad de las personas de clase media en Colombia no recibieron educación financiera ni en la casa ni en el colegio, el 51% de las personas entendemos poco o nada la información financiera que nos entregan las entidades, el 70% de los colombianos no sabemos resolver problemas de interés compuesto y el 82% de los colombianos que ahorramos lo hacemos en productos financieros básicos como cuentas de ahorro o CDT, sin considerar alternativas más rentables de mayor complejidad.
A pesar de lo anterior, la posibilidad de incrementar la penetración del mercado es latente: la clase media colombiana se ha incrementado en la última década, así como las personas en condición de pobreza se han reducido del 50% al 34% en el mismo periodo. De acuerdo a los estudios económicos más recientes y, además, la tasa de ingresos y la tasa de ahorro de los hogares jóvenes es superior a las que presentaron los hogares de cohortes anteriores. Es precisamente este segmento de población quienes tienen un horizonte de planeación financiera mayor que los hogares de otras edades, con lo cual se configura otra interesante oportunidad de desarrollo del mercado de seguros de vida.