“Para los seguros de daños reales la cobertura sugerida, con independencia del seguro a adquirir, es la de todo riesgo.”
En el momento de tomar la decisión de la adquisición de un seguro de daños real, después de haber concluido el análisis de los riesgos a que está expuesta una empresa, buscando proteger el patrimonio que se pueda ver afectado por la ocurrencia de un riesgo -ese hecho súbito, imprevisto y que no depende de nuestra voluntad, denominado en el sector asegurador bajo el término de siniestro-, debemos tener claridad sobre las clases de coberturas y los tipos de valores asegurados que se otorgan en el sector asegurador, para determinar cuál de ellos es el que mejor se ajusta a nuestros intereses. La clase de cobertura contratada y el tipo de valor asegurado transferido, resultan ser dos elementos de mucha transcendencia cuando comparamos las ofertas de seguros para nuestras empresas y así tener claridad sobre la prestación del servicio que esperamos recibir, si lamentablemente nos ocurre un siniestro, dentro de los términos y la vigencia establecidos en el contrato de seguros a adquirir.
Con relación a la clase de cobertura a contratar, debemos tener en cuenta que existen dos clases, la conocida como riesgos nombrados y la de todo riesgo.
En la de riesgos nombrados, solo se otorga cobertura a los riesgos ocurridos durante la vigencia de la cobertura del seguro y específicamente nombrados en la carátula de la póliza y/o en la primera página de las condiciones generales de la misma, siempre que las causas de la ocurrencia del hecho asegurado, no se encuentre excluida en las enunciadas condiciones, a continuación de las coberturas otorgadas, o en la ley. Por su parte, la de todo riesgo otorga cobertura a cualquier tipo de riesgo ocurrido en la vigencia del contrato que afecte un bien o el patrimonio amparado por el seguro, si la causa de la ocurrencia del riesgo no se encuentra específicamente excluida en las condiciones generales o particulares de la póliza o en la ley.
De otra parte, en lo que respecta a los tipos de valores asegurados, se debe diferenciar entre el de reposición o reemplazo o valor a nuevo, el de reconstrucción y el de valor real.
El de reposición corresponde al valor necesario en la actualidad para adquirir un bien nuevo de las mismas características y capacidades del que voy a asegurar, adicionándole todos los costos en que deba incurrirse para llevarlo al sitio de operación o almacenamiento y tenerlo en condiciones de operación, consumo o venta. Como los inmuebles no pueden ser sometidos a reparaciones mayores sin el cumplimiento de la totalidad de las normas de construcción existentes en el momento de iniciar la obra, se permite asegurar, salvo las copropiedades, que deben hacerlo por mandato de la ley, por el valor de reconstrucción del inmueble, el cual se obtiene de adicionarle al valor de reconstrucción o reemplazo del edificio, los costos adicionales que se requieran, para adaptar el mismo a las nuevas normas de construcción existentes en el momento del siniestro.
Para obtener el valor real del bien, solo debemos deducir del valor de reposición o reemplazo el demérito por uso que ha tenido a la fecha de la ocurrencia del siniestro el bien asegurado.
Para los seguros de daños reales la cobertura sugerida, con independencia del seguro a adquirir, es la de todo riesgo, que aunque no es una cobertura con el alcance literal del nombre, ya que no se cubren los riesgos expresamente excluidos en la póliza o en la ley, si extiende la cobertura a muchísimos riesgos no previstos, pero que en la realidad existen.
En cuanto al tipo de valor asegurado, como las indemnizaciones dependen del tipo contratado en algunos de los seguros de daños reales, recomendamos para los inmuebles asegurarlos a valor de reconstrucción, para los demás bienes muebles incluyendo la maquinaria y el equipo a valor de reposición o reemplazo.
Si las ofertas que usted solicita y recibe, son bajo estos parámetros, tendrá unas bases uniformes para empezar a analizar las demás variables que componen una oferta de seguro y podrá definir su mejor cobertura al precio más adecuado.