«Las empresas que crean un programa de bienestar financiero para sus colaboradores logran aumentar la productividad de sus empleados dado que no invierten horas laborales en solucionar sus impases económicos.
Basado en el momento en el que estamos hoy, donde tenemos la pandemia en pleno auge, la curva de contagios es cada vez más creciente, y el aislamiento inteligente u obligado cobra su pedazo generando cada vez más estrés al interior de las familias, se le suma la posibilidad de que uno o ambos de los integrantes del hogar tengan la posibilidad de engrosar las filas del desempleo, es cuando la educación financiera empieza a cobrar mayor importancia en la familia y por ende son las empresas las llamadas a ayudar a sus colaboradores en temas de educación financiera para de esa manera minimizar el impacto en la productividad de los que aún se encuentran laborando.
Basado en mi experiencia al interior de las organizaciones mas del 85% de los colaboradores de las organizaciones no tienen claridad sobre el monto total de su endeudamiento, es más, no se acuerdan para que fue que se adquirió la obligación ni cual es la tasa de interés que están pagando por esta. En este momento es cuando empiezan a pasar de banco en banco con compras de cartera que dejan cupos abiertos en el banco al cual se le realizó la compra de cartera y ahí empieza a crecer el endeudamiento que redunda en la productividad al interior de las organizaciones y también en la estabilidad emocional de la familia.
Por esto hoy en día cada vez más; el bienestar financiero empieza a cobrar mayor importancia para las organizaciones. Los departamentos de talento humano tienen la manera de medir el bienestar financiero basado en lo que descuentan por nomina a los empleados de sus salarios o cuando alguno de ellos se acerca a pedir ayuda por que no tiene como pagar sus obligaciones, sin embargo, la gran mayoría de las veces la situación financiera real de los asociados es imperceptible y es por esto qué como política empresarial se debe invertir en programas de educación financiera en las organizaciones.
¿Qué gana una empresa al tener un programa de bienestar financiero?
Revisemos algunas de las estadísticas existentes a la fecha:
• Regus en el 2014 manifestó que el 54% de los trabajadores sufre de estrés laboral y que en la mitad de los casos está íntimamente relacionado con el trastorno de las finanzas personales.
• El diario Económico Portafolio manifestó en el año 2015 que el 33% de los hogares en Colombia si bien no son pobres, caerían en la pobreza al momento de tener un shock en los ingresos.
• Según el Banco Mundial, en el 2015 manifestó que el 67% de los colombianos han llegado o superado su limite de endeudamiento y por esta razón está viendo problemas en su flujo de caja personal.
• El Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE – en el año 2015 manifestó que el 84% de los colombianos sienten que el ingreso no alcanza o que apenas alcanza para cubrir los gastos mínimos.
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Con los puntos anteriores las empresas que crean un programa de bienestar financiero para sus colaboradores logran aumentar la productividad de sus empleados dado que no invierten horas laborales en solucionar sus impases económicos, atender a los ejecutivos de las entidades de crédito en el tiempo que deben estar concentrados en el que hacer diario o atendiendo a las casas de cobranza cuando se encuentran atrasados en sus pagos. De otro lado aumenta el nivel de compromiso con la organización puesto que empiezan a sentir que no solo su rendimiento y resultados son importantes para la organización si no que también se están preocupando por el bienestar del colaborador y su núcleo familiar.
Personalmente he identificado que, al tener el programa activo, lo que he denominado un consultorio financiero, las personas dejan de acudir a los créditos informales, también conocidos como gota a gota o paga diario que, por las condiciones de estos, sus tasas de interés salidas de todo margen y las maneras de cobranza hacen que extraordinarios talentos terminen renunciando para evitar volver a tener contacto con los prestamistas. También he logrado que las personas disminuyan hasta en doce meses el tiempo total para el pago de las obligaciones basado en estrategias de flujo de caja y pago de deudas con disciplina y seguimiento.
Los programas pueden ser implementados al interior de las organizaciones con medios tecnológicos como plataformas de educación financiera acordes con las políticas y en consenso con la gerencia para los contenidos que allí se publiquen. Otra de las formas de hacerlo es a través de correos electrónicos periódicos, mensajes de texto a través de celulares corporativos o con autorización de los colaboradores a sus teléfonos personales, capacitaciones virtuales tales como webinars, conferencias en vivo y cuando hayamos superado el confinamiento talleres presenciales.
Para que el resultado sea optimo el programa debe ser consistente y continuo así logramos que no solo se quede en buenas intenciones de los colaboradores por cambiar, por el contrario, se logra que tengan oportunidades para cambiar sus hábitos de consumo, hábitos de compra, hábitos de ahorro e inversión y que al momento de endeudarse tengan endeudamiento inteligente.
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